jueves, 30 de abril de 2020

Buena suerte, muchacha. Lucirás muy bonita

«Buena suerte, muchacha. Lucirás muy bonita
con el velo de novia y el ramo de azahar,
pero sin el sonrojo de la primera cita,
sino pálida y seria delante del altar.

Pronto será la boda. Pero acaso un despecho,
amargará las noches de tu luna de miel,
si al abrir una puerta reconoces un lecho
o al cruzar un pasillo recuerdas otro hotel.

Sin embargo, muchacha, cuando termine el viaje,
ya serás la señora de no sé quéseñor,
aunque tal vez descubras, al abrir tu equipaje,
que en la prisa, ¡qué pena!, se te olvidó el amor».

Poema de la desposada

José Ángel Buesa



Boda valenciana

Estampa. 4 de mayo de 1935

martes, 28 de abril de 2020

A la almohada de rosas en que sueña la huerta

«Por la teja inclinada de las rosas techumbres
descienden en silencio las horas... El bochorno
sahúma con bucólicas fragancias el contorno
ufano como nunca de vistosas legumbres.

Hécuba diligente da en reparar las lumbres...
Llegan por el camino cánticos de retorno.
Iris, que no ve casi, abandona su torno,
y suspira a la tarde, libre de pesadumbres.

Oscurece. Una mística majestad unge el dedo
pensativo en los labios de la noche sin miedo...
No llega un solo eco, de lo que al mundo asombra,

a la almohada de rosas en que sueña la huerta...
Y en la sana vivienda se adivina la sombra
de un orgullo que gruñe como un perro a la puerta».

La huerta

Julio Herrera Reissig



Verano en la barraca

Huerta de Valencia. Años 30

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domingo, 26 de abril de 2020

En la terraza de un café hay una familia

«En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.

Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda... 

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto,se arroja entre las ruedas de un tranvía».

Apunte callejero

Oliverio Girondo



Extremo norte de la plaza y principio de la Bajada de san Francisco

Archivo J. Huguet

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viernes, 24 de abril de 2020

Arde el anochecer en su destrozo

«Mudo, tal un peñasco silencioso
desprendido del cielo, cae, espeso,
el cielo desprendido de su peso,
hundiéndose en sí mismo, piedra y pozo.

Arde el anochecer en su destrozo;
cruzo entre la ceniza y el bostezo
calles en donde lívido, de yeso,
late un sordo vivir vertiginoso;
lepra de livideces en la piedra
trémula llaga torna a cada muro;
frente a ataúdes donde en rasos medra
la doméstica muerte cotidiana,
surgen, petrificadas en lo oscuro,
putas: pilares de la noche vana».

Crepúsculos de la ciudad ii

Octavio Paz



Actual Plaza del Ayuntamiento

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miércoles, 22 de abril de 2020

Hasta que la muchacha se asomó al balcón de pie sobre la tarde

«La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
con paso lento, balanceándose, llena de olor,
las viejas casas palidecen en tardes como ésta,
nunca es mayor su harapienta melancolía
ni andan más tristes de paredes,
en las profundas escaleras brillan fosforescencias como de mar,
ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si recordaran.

Eran las seis, una dulzura detenía a los
desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal,
carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancings.

Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer,
sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,
el silencio de los desconocidos
era un oleaje en medio de la calle
con rodillas y restos de ternura chocando
contra el new inn , las puertas, los umbrales de
color abandono.

Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con
la cama deshecha
donde todos creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido».

La muchacha del balcón

Juan Gelman



Niña en el balcón con tarta de cumpleaños. Valencia

https://losmundosdejaimito.blogspot.com/2012/02/nina-en-el-balcon-en-su-cumpleanos.html?m=1&fbclid=IwAR3x9apI3RjslY4rIS0hbq-OFFjXozIIr5bVgG-qBaXTlcFaMhKQCm65i8Q

lunes, 20 de abril de 2020

El que ignore el valensià, calle el pico, si pòt ser

«El que ignore el valensià, 
Calle el pico, si pòt ser; 
Y no es fique á bachiller, 
Si parlem ó no en cristiá; 
Que esta gerga al sá y al plá, 
Té mes grasies estampades 
Que cuantes ni aurá imbentades 
Per andalusos, mursians, 
Manchegos, ni castellans, 
Tres mil millons de vegades». (sic)

Décima anónima fijada en el altar de la calle del Mar en 1832


Altar del Mar. 1917

http://valenciablancoynegro.blogspot.com.es/2014/04/

sábado, 18 de abril de 2020

Ave, cometa, de un día

«El niño se sonreía
mano inhábil, ojo atento­
y la cometa en el viento
(su corazón) se cernía.
Ave, cometa, de un día
su corazón soñoliento.
Pues el corazón quería
huir ­pero no podía,
pero no sabía­ al viento».

El niño y la cometa

Dámaso Alonso




La Semana Gráfica. 7 de abril de 1928

jueves, 16 de abril de 2020

La hora de volar una cometa

«De pronto llega el día.
Alguien sabe cambiar de sitio las manzanas,
Adán no es para Eva como un hermano viejo
y la serpiente muerde y se pone a la altura
de la fama que arrastra.

De pronto, alguna vez,
los jefes no vigilan
detrás de las noticias de un periódico,
la luna es más sencilla que una puerta
y no tienen razón
el eco y el ciprés, el lobo y la pregunta
por los que no han venido.

En esa cerradura de los miedos
de pronto hay una llave que no entra.
Me convenzo, me afirmo con vosotros.

Pero duele también la mala suerte
de nunca estar ahí,
de no llegar a tiempo para verlo.

Resisto como un niño sin familia
que espera en casa del extraño
la hora de volar una cometa».

La cometa

Luis García Montero


Celebración de la Pascua en la playa. Circa 1920 

Bintivoli 1

Cortesía de José Navarro Escrich

martes, 14 de abril de 2020

Allá donde las cometas tienen la suerte de ser viento

«Acaba la estación de las lluvias, el tiempo
refresca, en las milpas el maíz ya se
ofrece a la boca. Y los vecinos del pueblo
de Santiago Sacatepéquez, artistas de
las cometas, dan los toques finales a sus
obras.

Son todas diferentes, nacidas de muchas
manos, las cometas más grandes y más bellas
del mundo.

Cuando amanece el Día de los Muertos,
estos inmensos pájaros de plumas de papel
se echan a volar y ondulan en el cielo,
hasta que rompen las cuerdas que los
atan y se pierden allá arriba.

Aquí abajo, al pie de cada tumba, la gente
cuenta a sus muertos los chismes y las
novedades del pueblo. Los muertos no
contestan. Ellos están gozando esa fiesta
de colores que ocurre allá donde las cometas
tienen la suerte de ser viento».

Volantines

Eduardo Galeano


Cometas en la playa del Cabanyal. Años 20

Archivo de José Huguet.

http://valenciadesaparecida.blogspot.com/2016/04/

domingo, 12 de abril de 2020

En un Domingo de Resurrección en El Cabañal

«Hay dos cosas que son incontrolables en un Domingo de Resurrección en El Cabañal. La primera es el sol. No recuerda ni un solo día así en el que el tiempo no fuera espléndido, casi desvergonzado. La otra es la música. En los Poblados Marítimos de Valencia, las procesiones de la jornada de Pascua se hacen a ritmo de pasodobles. La luz y las melodías festivas entran en tromba por las ventanas. Pese a la frenética actividad que las hermandades, cofradías y bandas de música despliegan por las calles, él experimenta los dulces efectos de una mañana perezosa».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Procesión del Domingo de Resurrección. Calle Escalante

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viernes, 10 de abril de 2020

Cada mañana de Viernes Santo, el Cristo del Salvador es traído hasta aquí

«No hay que fiarse nunca del agua salada. Ahora está mansa, radiante en su vestido azul de primavera, pero hace siglos que los habitantes de los Poblados Marítimos perdieron la cuenta de las vidas que se ha tragado. Por eso, cada mañana de Viernes Santo, el Cristo del Salvador es traído hasta aquí a hombros de la gente de la red. De la poca que queda».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



El Cristo del Salvador 

http://eoselblog.blogspot.com/

miércoles, 8 de abril de 2020

No dices nada, niña. Y nace del silencio la vida en una ola

«Nombras el árbol, niña.
Y el árbol crece, lento y pleno,
anegando los aires,
verde deslumbramiento,
hasta volvernos verde la mirada.

Nombras el cielo, niña.
Y el cielo azul, la nube blanca,
la luz de la mañana,
se meten en el pecho
hasta volverlo cielo y transparencia.

Nombras el agua, niña.
Y el agua brota, no sé dónde,
baña la tierra negra,
reverdece la flor, brilla en las hojas
y en húmedos vapores nos convierte.

No dices nada, niña.
Y nace del silencio
la vida en una ola
de música amarilla;
su dorada marea
nos alza a plenitudes,
nos vuelve a ser nosotros, extraviados.

¡Niña que me levanta y resucita!
¡Ola sin fin, sin límites, eterna!»

Niña

Octavio Paz



Domingo de Ramos

Plaza del Rosario

http://zonamaritima.blogspot.com/2013/

lunes, 6 de abril de 2020

A por el mar que ya se adivina

«El mar, que fue una palabra
vacía y sin horizonte,
hoy es un niño que canta
sobre cuarenta prisiones,
un niño que se despierta
como una ola gigante,
lleva en un puño una perla
y un coral rojo en la sangre.

A por el mar,
a por el mar que ya se adivina,
a por el mar,
a por el mar, promesa y semilla
de libertad,
a por el mar, a por el mar...

El mar nos está esperando
a poco tiempo del sueño,
sólo es cuestión de unos pasos,
esos que reprime el miedo,
vayamos, pues, a abrazarlo
como un amante que vuelve
de un tiempo que nos robaron,
ese que nos pertenece.

El mar es más que un paisaje,
también es un sentimiento,
es un corazón que late
negándose a seguir muerto;
no rinde más obediencia
que la que exigen los vientos,
no lo sujetan cadenas
ni se detiene ante el fuego».

A por el mar

Luis Eduardo Aute


Tres hermanas. Playa de Valencia

https://www.20minutos.es/


A por el mar

Luis Eduardo Aute

sábado, 4 de abril de 2020

Les taules són parades de palmes i de rams

«Ja arriba el sant diumenge,
sant diumenge del Ram;
floreixen violetes
pels marges i boscams,
els ametllers s'engebren,
de flors s'omple la vall,
abelles trescadores
son nèctar van xuclant
i les lleugeres brises
mormolen per l'espai:
Jesús-Maria!

Les taules són parades
de palmes i de rams,
de llor i d'olivera
i de tortells en gran,
que els xics i minyonetes
al temple enarbraran:
Jesús-Maria!

Ara ve el sant diumenge,
sant diumenge del Ram,
i aprés Setmana Santa,
la més trista de l'any,
els orgues i campanes
de sobte emmudiran
i els fasos* i tenebres
tan sols ressonaran:
Jesús-Maria!,
tan sols ressonaran».

*Els fasos son les maitines de Setmana Santa

Glossa del Diumenge de Rams 

Antoni Doltra i Masferrer



Mercado de palmas de Valencia

La Semana Gráfica. 12 de abril de 1930

jueves, 2 de abril de 2020

Quién fuera pato

«Quién fuera pato
para nadar, nadar por todo el mundo,
pato para viajar sin pasaporte
y repasar, pasar, pasar fronteras,
como quien pasa el rato.

Pato.

Patito vagabundo.

Plata del norte.

Oro del sur. Patito danzaderas.

Permitidme, Dios mío, que sea pato.

¿Para qué tanto lío,
tanto papel,
ni tanta pamplina?

Pato.

Mira, como aquél
que va por el río
tocando la bocina».

Pato

Blas de Otero



Acequia de Vera. La Malvarrosa / Alboraya. Años 20

http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/