sábado, 29 de abril de 2023

Una gran mesa de mármol sostenida por cuatro leones alados

«Fuimos a refugiarnos en la casa de Blasco Ibáñez. Subimos al primer piso donde había una terraza cerrada con unas cariátides en cada ángulo y columnas estriadas. Una gran mesa de mármol sostenida por cuatro leones alados que había allí sirvió para que Julieta se tumbara y entonces comencé a acariciarla. De pronto ella sintió miedo, pero aquella casa estaba deshabitada».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Blasco y su mujer sentados en la terraza pompeyana

 Fundación Vicente Blasco Ibáñez

jueves, 27 de abril de 2023

Nos bañamos otra vez en la playa desierta

«A la caída del sol nos bañamos otra vez en la playa desierta allí donde la arena comenzaba a ser invadida por los carrizales. De pronto sentí un escalofrío. Marisa me secaba con la toalla y yo la besaba y ella me decía que yo tenía los labios morados».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Playa de La Malvarrosa

Detrás, de izquierda a derecha, Casa Carmela, el Chalet de Blasco Ibáñez y La Alcoholera

Subida por Óscar Surio a VAHG

En la foto su familia

martes, 25 de abril de 2023

Bajo el cañizo de Casa Carmela

«Bajo el cañizo de Casa Carmela sirviéndose de una silla de enea como caballete Julieta comenzó a pintar unos azules muy suaves que al parecer extraía el fondo de la tarde. A su lado yo estudiaba el pensamiento de Juan Luis Vives y ambos tomábamos caracoles de mar y mejillones. La armonía vital predomina sobre toda clase de aristotelismo, había subrayado yo con lápiz rojo en aquellos apuntes. Julieta ahora mojaba el pincel en el color violeta para pintar la sombra que en la arena proyectaba una barca varada».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Casa Carmela

https://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/

domingo, 23 de abril de 2023

Éramos de cáñamo dos cuerdas

«Éramos de cáñamo dos cuerdas,
al mirarnos
hicimos una trenza.
Ya no somos dos cuerdas,
ahora somos una loca».

Mujer de verso en pecho

Gloria Fuertes



Cordelería en la calle Cordellats

 Francesc Jarque

viernes, 21 de abril de 2023

Y en ella campaban juntos los últimos Flechas Navales

«Junto a una villa pompeyana que era, según se decía, del escritor Blasco Ibáñez aunque ahora estaba medio abandonada después de haber sido incautada por la Falange y en ella campaban juntos los últimos Flechas Navales y los primeros gitanos. La puerta estaba abierta y las ventanas tenían los cristales rotos».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Chalet de Blasco Ibáñez


miércoles, 19 de abril de 2023

Al final de la playa estaba Casa Carmela

«Por la tarde nos fuimos paseando hasta el final de la playa. Marisa quería pintar una acuarela del natural. Yo me proponía repasar los apuntes de Filosofía del Derecho, mi última asignatura  de la carrera. Pasando la línea de los chalets al final de la playa estaba Casa Carmela».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Casa Carmela. La Malvarrosa

https://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/

lunes, 17 de abril de 2023

Ques molt mala introducció lo dir que som horfenets

«Encara que som chiquets
alcançam us de raó;
i advertim als mes discrets
ques molt mala introducció
lo dir que som horfenets:
quiu digués agravaría
que puix nos sustenta i cría,
tenim en ell pare i mare,
i toca la compañía».

Texto escrito en uno de los carros durante la procesión de 1655

sábado, 15 de abril de 2023

Allá donde las cometas tienen la suerte de ser viento

«Acaba la estación de las lluvias, el tiempo
refresca, en las milpas el maíz ya se
ofrece a la boca. Y los vecinos del pueblo
de Santiago Sacatepéquez, artistas de
las cometas, dan los toques finales a sus
obras.

Son todas diferentes, nacidas de muchas
manos, las cometas más grandes y más bellas
del mundo.

Cuando amanece el Día de los Muertos,
estos inmensos pájaros de plumas de papel
se echan a volar y ondulan en el cielo,
hasta que rompen las cuerdas que los
atan y se pierden allá arriba.

Aquí abajo, al pie de cada tumba, la gente
cuenta a sus muertos los chismes y las
novedades del pueblo. Los muertos no
contestan. Ellos están gozando esa fiesta
de colores que ocurre allá donde las cometas
tienen la suerte de ser viento».

Volantines

Eduardo Galeano



Cometas en la playa del Cabanyal. Años 20

Archivo de José Huguet.

http://valenciadesaparecida.blogspot.com/2016/04/

jueves, 13 de abril de 2023

El niño se sonreía mano inhábil, ojo atento­

«El niño se sonreía
mano inhábil, ojo atento­
y la cometa en el viento
(su corazón) se cernía.
Ave, cometa, de un día
su corazón soñoliento.

Pues el corazón quería
huir ­pero no podía,
pero no sabía­ al viento».

El niño y la cometa

Dámaso Alonso



Día de Pascua en el antiguo cauce del Turia

Años 50

Subida por José Trenzano Martínez a VAHG


martes, 11 de abril de 2023

En la Mona sen anaren al pla de Montolivet

«El segón día de Pascua,
en la Mona sen anaren
al pla de Montolivet,
un matrimoni y el pare
de la dóna, y un chiquet;
y allí son puesto agarraren
enfront mateix d’una tenda,
a la sombreta d’un abre;
y una vegá acomodats,
la indumentaria deixaren.

Maria Rosa, una canasta
en un sofrechit en fabes,
cuatre polps en all y pebre,
llonganisa, hous, formache,
pan quemao, dos lletugues,
postres, olives y táperes».

La Traca. 18 d’abril de 1914



A la vora del riu, mare...

La Semana Gráfica. 13 de abril de 1929 

domingo, 9 de abril de 2023

Hay dos cosas que son incontrolables en un Domingo de Resurrección en El Cabañal

«Hay dos cosas que son incontrolables en un Domingo de Resurrección en El Cabañal. La primera es el sol. No recuerda ni un solo día así en el que el tiempo no fuera espléndido, casi desvergonzado. La otra es la música. En los Poblados Marítimos de Valencia, las procesiones de la jornada de Pascua se hacen a ritmo de pasodobles. La luz y las melodías festivas entran en tromba por las ventanas. Pese a la frenética actividad que las hermandades, cofradías y bandas de música despliegan por las calles, él experimenta los dulces efectos de una mañana perezosa».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



Domingo de Resurrección

Plaza de los Ángeles

Subida por MJose Alonso a Setmana Santa Marinera: imatges en blanc i negre

viernes, 7 de abril de 2023

Cada mañana de Viernes Santo, el Cristo del Salvador es traído hasta aquí

«No hay que fiarse nunca del agua salada. Ahora está mansa, radiante en su vestido azul de primavera, pero hace siglos que los habitantes de los Poblados Marítimos perdieron la cuenta de las vidas que se ha tragado. Por eso, cada mañana de Viernes Santo, el Cristo del Salvador es traído hasta aquí a hombros de la gente de la red. De la poca que queda».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio



El Cristo del Salvador

Semana Santa Marinera

http://eoselblog.blogspot.com/

miércoles, 5 de abril de 2023

Escoltada por docenas de espantables fisgones –“els granaeros”-

«El señor Amadeo sintió la conciencia de sus muchos años. ¡Ochenta y siete! ¡Recordons, como pasaba el tiempo!. Parecía ayer y habían pasado ya.....¡Es igual, muchos!.

La banda desfilaba ante él con sus uniformes oscuros, dejando atrás un residuo de notas musicales caídas en el suelo, que barría el “oratget” que apenas soplaba. El señor Amadeo cerraba un poco los ojos...

El mismo día de Semana Santa, el mismo tufillo primaveral insinuándose en el aire, trayendo algo intangible pero claramente perceptible: la primavera. Unas calles sin adoquinar –aún faltaban años- con charcos y gallinas sueltas, unas mujeres lavando en la acequia del Gas, y los músicos de Corbella, los del Patronato, con sus uniformes a la última, ros con plumero y guerrera azul, acompañando a una imagen de la Dolorosa, escoltada por docenas de espantables fisgones –“els granaeros”- cuyos uniformes parecían confeccionados con tela de colgadura de muerto.

El mismo, Amadein, corriendo alrededor de los músicos, pisando los charcos que al salpicar ensuciaban los zapatos de charol de los granaderos, que furiosos, dejaban sentir en las costillas de los mocosos más de una “esplanisá” con la funda del chafarote de caballería, que ese sí, tal vez hubiera pertenecido a la guardia de Suchet, allá por el año de Maricastaña.

Las mujeres llevaban su falda de fiesta, coloreada vivamente, el “mochar” de “tomata i Ok” al cuello y muchas, cada vez más, zapatos en los duros pies. El yayo de Hamah in decía que “Aixa de les abates es un “lucho” (lujo quería decir) cerque Abas, o acaben descalces o en “espardenyes”. Y abobinaba de las costumbres del día sentado en su taburete de esparto a la puerta de casa el “Cafre”, mientras poco a poco deglutía su “gotet de canya”, un ron blanco infernal traído de “extranjis”.

Allá iban, con su Dolorosa al frente, los músicos del Patronato.

El señor Amadeo, abrió los ojos.

Nada era parecido, todo había cambiado de forma drástica, pero aquel grupo de hombres que desfilaba a los sones de “Mektub”, la lenta marcha procesional, tan vieja como el Patronato, era la misma banda, era algo del viejo Cabañal que cumplía cien años en aquel 1984, eran todavía los de Corbella, que se mantenían vivos por un milagro de tenacidad y perseverancia. Él, Amadeo, también era el mismo pero...ya no soplaba.

Continuó rememorando: cuando él nació la banda ya había salido de quintas; ya tenía veintitantos años. Todavía no estaba construido el Casinet, que albergo a la otra banda, la del “Peixet”; que sirvió de cooperativa de alimentación allá por los años veinte, con sus tiendas abiertas a huecos del edificio: tiendas “a ralla”, a pagar cuando los hombres volvían de la mar.

¡Que pequeño era el Cabañal entonces!. Todo aquello de “Cap de França”, Cagarritar, Malvarrosa, ¡bah!, ya había pasado, pero al empezar el siglo, hacia muy poco que Valencia se los había anexionado, y aún era casi un pueblo con vida propia: las barcas eran lo más importante; la mar daba de comer a todos, más bien o más mal. Pero aún eran cuatro gatos y había solidaridad, y se conocían todos, y con todos se podía contar. Ahora... valía más la pena no pensar: en la playa no había barcas, las gentes no se conocían entre sí, las cosas eran impersonales, estanterías de muñecos despersonalizados...¡Pobre Cabañal! ¡Pobre Amadeo!.

Aún escuchaba música de la banda. Poco a poco la devoraba el ruido de los motores, la altura de las fincas.

El señor Amadeo “roda el cap, entra en el bar mes proxim y demaná una copa de ron blanc, era la seua vengança contra tot, contra res, contra ell mateix, contra el temps, contra la mort i contra la vida”».

Cent anys i... a fosques 

Vicente Maurí

http://entrevientoynubes.jimdo.com/cabanyal/



Semana Santa Marinera

Corporación de Granaderos de ?

Bivaldi

lunes, 3 de abril de 2023

Después comimos en La Pepica

«Después comimos en La Pepica y allí unos doscientos trabajadores de una fábrica de cartonajes le estaban dando un homenaje a su patrono en el ochenta aniversario y aquel viejecito que se llamaba don Vicente estaba vestido de negro, con la corbatita también negra y una aleta del cuello blanco levantada y lloraba de emoción detrás de un centro de flores en la mesa presidencial. Los del consejo le echaban discursos de loa y después el contable reclamó silencio para decirle al amo que todos los empleados sin faltar uno solo habían contribuido para hacerle un regalo. Julieta dio un grito de pasmo al ver que los doscientos trabajadores le habían comprado una baca para el coche a su patrono y ahora entre varios la desembalaban ante los ojos de todo el mundo y la llevaban en volandas por encima de las cabezas de los comensales hasta la mesa presidencial. En seguida la orquestina comenzó a tocar el pasodoble Valencia y a grito pelado todos la cantaban elevando las botellas de vino y devorando las raciones de tarta de cumpleaños y el oleaje rompía en el espigón».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Restaurante La Pepica

Todocolección

sábado, 1 de abril de 2023

Llegaba hasta la piscina de las Arenas la música de los pasodobles

«Lleno de felicidad me lancé en plancha al espacio y al instante sentí en la piel quemada el abrazo del agua muy fría. Llegaba hasta la piscina de las Arenas la música de los pasodobles que sonaba en los sombrajos de los merenderos, España Cañí, En er mundo, el Gato Montés».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Piscina Las Arenas. 1934

Colección Salva Monmeneu