jueves, 29 de febrero de 2024

El flautín del afilador...

«La señora Ramona iba empotrada en la compañía de zarzuela como sastra. Desde Benicalap al piso 44 de un rascacielos del centro de Manhattan; se acabó el oír cada mañana al despertar el canto de los gallos de sucesivas barracas vecinas, el concierto de los gorriones en el tejado, el rebuzno de algún asno, el cacareo de las gallinas, el flautín del afilador, los gritos de los buhoneros, la esquila de la vaca rubia que pasaba por delante de casa y que una niña traía desde la huerta para vender leche ordeñada en cada portal...».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Afilador en la plaza Redonda

Cortesía de José Navarro Escrich

martes, 27 de febrero de 2024

De aquellos seres humildes de la huerta valenciana

«A los cuarenta años, el maestro Manuel Penella ya había llenado su vida de aventuras, sobresaltos, fugas, éxitos y fracasos, pero en ese momento los naipes le venían de cara. Había sido torero, pintor, sastre, militar, payaso de circo y marinero. Durante sus correrías por Sudamérica se había casado con una chilena, Emma Silva Pávez, con la que tuvo un hijo y cuatro hijas. Era imposible que este personaje, aparte de poseer un talento extraordinario para la música, no fuera un seductor simpático e irresistible. Cómo consiguió embaucar a una costurera valenciana analfabeta del barrio de Sagunto, la señora Ramona, para que abandonara las agujas y las tijeras, dejara en casa a sus otras dos hijas más pequeñas, Carmen y Anitín, al cuidado de la abuela Marianeta y se embarcara con Conchita rumbo a Nueva York, con la aventura que eso suponía a inicios del siglo XX, demuestra qué clase de trapalero liante debió de ser el autor de El gato montés o qué clase de gloria y ambición llegó a deslumbrar la mente de aquellos seres humildes de la huerta valenciana, que todo lo creían posible».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Huerta de Valencia

Todocolección

domingo, 25 de febrero de 2024

¿No vamos a vivir bien, madre, con el hambre que hemos pasado en Benicalap?

«Era el año 1921 y la niña Piquer enseguida empezó a hablar inglés todo seguido. Vivía con su madre en un apartamento, en el 204 de la calle 59 con Central Park, pagaba trescientos cincuenta dólares al mes de alquiler, y su madre se echaba las manos a la cabeza, pero su hija le decía:

—¿No vamos a vivir bien, madre, con el hambre que hemos pasado en Benicalap? Si no llega a ser por la señora Rosa, la panadera… 

—¡Cómo me acuerdo de ella! Siempre nos fiaba la barra de pan —exclamó la señora Ramona. 

—A mí me decía: no te apures, hija, ya me lo pagarás mañana; dile a tu madre que no se preocupe, con lo bonita que eres, un día vienes y me cantas una canción para mí sola y con eso estoy más que pagada».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Benicalap

Calle de José Grollo y la iglesia de San Roque

A la izquierda la Plaza de Benicalap y a la derecha la calle de Almiserat. Años 70


Foto subida al Foro Remember Valencia I. Entrada 8755

viernes, 23 de febrero de 2024

Nos veremos en Valencia cuando seas famosa

«Al día siguiente en el muelle del Hudson, donde estaba atracado el buque Franconia, se congregaron decenas de periodistas para hacer entrevistas al escritor Blasco Ibáñez. Un altavoz lanzaba música de foxtrot y desde cubierta soltaban confeti y serpentinas mientras iban llegando a bordo sucesivos grupos de excursionistas millonarios del crucero alrededor del mundo. Conchita Piquer también acudió a despedirlo, y cuando el barco, después de hacer sonar por dos veces la sirena, levó anclas, Blasco Ibáñez desde la cubierta de primera clase agitó el pañuelo y le gritó a Conchita Piquer casi desgañitado: 

—Más que la Virgen de los Desamparados, ya lo verás. Adiós, Nueva York. Adiós, Conchita Piquer, nos veremos en Valencia cuando seas famosa y termine la tiranía».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Conchita Piquer junto al Maestro Penella asistiendo a un festejo taurino durante la Feria de Julio de 1925

Cien años de historia grafica valenciana

Cortesía de José Navarro Escrich

miércoles, 21 de febrero de 2024

Ya verás, vas a ser más famosa que la Virgen de los Desamparados

«Conchita Piquer, a su lado, sonreía mientras el escritor, lleno de gloria, repetía a cuantos le querían oír: 

—Mañana dejaré Nueva York para dar la vuelta al mundo. 

—¿Vamos a salir juntos en la foto? —preguntó la Piquer. 

—Ya verás, vas a ser más famosa que la Virgen de los  Desamparados —contestó Blasco Ibáñez. 

—Me conformo con ser como Sónnica la Cortesana —apuntó ella».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Concha Piquer, 1949, vestida con el típico traje de huertana para cantar su popular canción La Maredeueta

Teatro Apolo 

Cien años de historia gráfica valenciana

Cortesía de José Navarro Escrich

lunes, 19 de febrero de 2024

Había reconocido al autor de la novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis, origen de la película que había ocupado las carteleras de muchos cines de Nueva York

«Iban a pedir otra docena de ostras y más champán cuando los deslumbró un fogonazo de magnesio. Un reportero gráfico de un periódico de Nueva York había reconocido al autor de la novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis, origen de la película que había ocupado las carteleras de muchos cines de Nueva York, y les había disparado la cámara casi a bocajarro. Cundió el rumor entre los bebedores del garito, que fue creciendo hasta el punto de que la orquesta dejó de tocar. Entre los murmullos, alguien pronunció en voz alta el nombre de Vicente Blasco Ibáñez y algunos comenzaron a aplaudir. El escritor se levantó y abrió los brazos para agradecer aquel homenaje espontáneo, que no sirvió sino para que se acercaran algunos borrachos a saludarlo, a estrecharle la mano y obligarle a firmar autógrafos en las servilletas y posavasos».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent




sábado, 17 de febrero de 2024

Que se estrenó en Valencia en el teatro Principal

«Su destino estuvo unido de niña a la obra El gato montés, que se estrenó en Valencia en el teatro Principal. Su madre, la señora Ramona, se pasaba todo el día cosiendo y su padre, después de rizarse el bigote en la peluquería, algún sábado la llevaba al teatro. Una vez fue con él a ver El gato montés, con una entrada de azotea».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Teatro Principal. 1908

https://www.facebook.com/VerumValentia


jueves, 15 de febrero de 2024

Enseguida debutó en el Apolo como figura

«Mientras me levantaba la falda tan pura e inocente una y otra vez cantaba: 

"Salta que salta va por mi traje

haciendo burla de mi pudor.

Su impertinencia me da coraje 

y como logre cogerla viva, 

para esta infame que estoy buscando, 

para esta infame no hay salvación". 

Así tomé yo la primera comunión en las tablas. 

La niña Piquer fue a la academia del maestro Laguna y allí aprendió algunas reglas. Enseguida debutó en el Apolo como figura. Hizo algunos bolos y en el teatro Kursaal la vio el maestro Penella, se quedó prendado de su talento y figura y la contrató para llevársela a México».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Conchita Piquer


martes, 13 de febrero de 2024

Él me daba unas monedas y me volvía a pie a Benicalap

«Cuando paré, me dijo: «Vente el domingo». Me dio un duro, pero yo no le conté nada a mi madre. Y me lo guardé en el bolsillo. Y así me tuvo aquel señor cuatro domingos. Iba, cantaba, él me daba unas monedas y me volvía a pie a Benicalap. Y a la cuarta vez me dijo el señor Sogueros: «Que venga tu madre, que quiero hablar con ella». Así que tuve que confesar. Fue mi madre y él le dijo: «A esta niña hay que meterla en una academia». Mi madre, como buena costurera, le estaba confeccionando el traje de primera comunión a la hija de un huertano, el más rico del pueblo. «Pruébate este traje tan bonito, a ver cómo te queda», me dijo. Y con el traje de primera comunión de una niña rica me presenté en el teatro Sogueros en una matinal de domingo para repetir el número de la pulga que había tenido tanto éxito».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Huerta de Benicalap

Todocolección

domingo, 11 de febrero de 2024

Me fui a hablar con el dueño del teatro Sogueros, en la calle de Jordana

«—Un día (yo era un mono de nueve o diez años), y sin que mi madre lo supiera, me fui a hablar con el dueño del teatro Sogueros, en la calle de Jordana. 

—Hombre, yo conocí al señor Sogueros que dio nombre a su teatro. Un tipo listo, con mucho olfato —comentó Blasco con una ostra a medio camino entre el plato y la boca. 

—Llegué y le dije: «Vengo a cantar». El hombre me miró de arriba abajo y contestó: «Canta, que te oiga». Y le pasé todo el repertorio. Yo sabía imitar muy bien el cuplé de la pulga que cantaba la Chelito».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Calle Na Jordana

Subida por Valvetro AS a VAHG

viernes, 9 de febrero de 2024

Se trasladó con toda la familia al pueblo de Benicalap

«Allí vino al mundo Concha Piquer en 1906, según le había contado su madre, o en 1908 según contaban otros legajos, porque su nacimiento no estuvo anunciado por un cometa sino acompañado por un rayo que no dejó constancia en el cielo. Poco después el médico recomendó al padre que cambiara de aires y el buen albañil se trasladó con toda la familia al pueblo de Benicalap, un par de kilómetros más allá. La niña solo fue a una escuela de párvulos regentada por unas monjas a la que tenía que entrar por la puerta de atrás como todas las niñas pobres. Solía llevar un kiki en el pelo, y se pasaba el día cantando».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



El Portalet de Benicalap


miércoles, 7 de febrero de 2024

En una ocasión construyó un gallinero en el corral de la casa de Benicalap

«Mientras el champán llenaba sus copas y disfrutaban de las ostras entre resoplidos de placer, Conchita Piquer le contaba al escritor famoso historias de su familia. Le contaba que su padre era un albañil que se rizaba el bigote en la peluquería cada sábado y una cirrosis se lo llevó muy joven al otro mundo. Mucho anís por la mañana, mucha cazalla por la noche y, claro, estiró la pata. La niña lo adoraba. En una ocasión construyó un gallinero en el corral de la casa de Benicalap y, una vez terminado, no pudo salir del gallinero porque se había olvidado de hacer la puerta. Su madre, Ramona, era modista de barrio. Iba con delantal negro y unas tijeras colgando, como la abuela Marianeta, que fue pantalonera y comadrona y llevaba un moño de valenciana traspasado con grandes agujas. Entonces la calle Ruaya del barrio de Sagunto era un rabo de la ciudad en la huerta, donde se alternaban los últimos escaparates y campos de cebollas, rieles de tranvía y maizales, y se veía a algún municipal con gorra de plato rodeado de lechugas».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Gallinero en la huerta de Valencia

Foto Desfilis

Bivaldi

lunes, 5 de febrero de 2024

También se llamaba Pascualet el niño que muere en La barraca

«—¿Dice usted ruiseñores? Pues yo sería uno de ellos, porque vine a este mundo cantando. ¿Quiere saber cómo canté mi primera canción? La cosa fue que mi madre tuvo primero cuatro hijos y todos murieron a los tres años, no se sabe por qué. Alguien dijo que de mal de ojo, de lo guapos que eran. Al nacer yo, todos esperaban que muriera, pero resistí, ya lo ve usted. 

—Vale, levanta la copa. ¡Chinchín, a tu salud! Por haber sobrevivido —brindó el escritor con la copa de champán en alto. 

 —Tenía yo cuatro años y había pasado ya la barrera fatal y mi madre estaba embarazada de ocho meses cuando a mi padre, Pascualet, que así se llamaba, le operaron de almorranas. 

 —¿Pascualet? —la volvió a interrumpir el escritor—. También se llamaba Pascualet el niño que muere en La barraca.

 —¿Cómo era ese niño? —preguntó la Piquer, que de pronto pareció muy conmovida. 

 —Un niño muy pequeño. Un infante, un albaet —respondió Blasco».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Ilustración de José Benlliure para "La Barraca"

La Esfera. 10 de enero de 1931

sábado, 3 de febrero de 2024

Un labrador vecino me contó la tragedia que había sucedido

«—Lo primero que haré cuando aprenda a leer bien será empaparme de ese libro que me han dicho que habla de cosas que yo he vivido —prometió la Piquer.

—¿No te sabes la historia? En una de mis correrías por la huerta de Alboraya descubrí una barraca derruida en medio de un campo quemado. Un labrador vecino me contó la tragedia que había sucedido. Recuerdo el agua dormida de las acequias a la sombra de las moreras, el perfume del aire que llegaba del mar y el canto de los  ruiseñores que escondían el odio y la miseria».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Fotograma de la serie de RTVE "La barraca"

jueves, 1 de febrero de 2024

Cuántas veces he pasado por ahí camino de la huerta de Alboraya

«—Para empezar, está muy bien no saber el año en que has nacido. Solo falta que te anunciara la cola de un cometa, como a Cristo. ¿De modo que naciste en el barrio de Sagunto? Cuántas veces he pasado por ahí camino de la huerta de Alboraya cuando estaba escribiendo La barraca».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Puente Moro entre La Malvarrosa y Alboraya

Todocolección