«Allí vino al mundo Concha Piquer en 1906, según le había contado su madre, o en 1908 según contaban otros legajos, porque su nacimiento no estuvo anunciado por un cometa sino acompañado por un rayo que no dejó constancia en el cielo. Poco después el médico recomendó al padre que cambiara de aires y el buen albañil se trasladó con toda la familia al pueblo de Benicalap, un par de kilómetros más allá. La niña solo fue a una escuela de párvulos regentada por unas monjas a la que tenía que entrar por la puerta de atrás como todas las niñas pobres. Solía llevar un kiki en el pelo, y se pasaba el día cantando».
Retrato de una mujer moderna
Manuel Vicent
El Portalet de Benicalap
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