Luis Gonzaga de la mar,
qué fresco era tu pescado,
acabado de pescar!
Te fuiste, marinerito,
en una noche lunada,
tan alegre, tan bonito,
cantando, a la mar salada!
Qué humilde estaba la mar!
¡El cómo la gobernaba!
Tan dulce era su cantar,
que el aire se enajenaba».
Elegía del niño marinero (fragmento)
Rafael Alberti
Playa del Cabañal
Gerardo Paadín
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