jueves, 31 de octubre de 2019

Que tengo en casa y a su disposición un fantasma pequeño

«Sociedad de Amigos y Protectores
de Espectros, Fantasmas y Trasgos.
Muy señores suyos:
Tengo el disgusto de comunicarles
que tengo en casa y a su disposición
un fantasma pequeño
de unos dos muertos de edad,
que habla polaco
y dice ser el espíritu del Gengis Kan.
Viste sábana blanca de pesca
con matrícula de Uranio
y lleva un siete en el dobladillo
que me da miedo zurcírselo
porque no se está quieto.
Aparece al atardecer,
o de mañana si el día está nublado
y por las noches cabalga por mis hombros
o se mete en mi cabeza a machacar nueces.
Con mi perro se lleva a matar
y a mí me está destrozando los nervios.
Dice que no se va porque no le da la gana.
Todos los días hace que se me vaya la leche,
me esconde el cepillo, la paz y las tijeras;
si alguna vez tengo la suerte de conciliar el sueño,
ulula desgañitándose por el desván.
Ruego a ustedes manden lo que tengan que mandar,
se lleven de mi honesto pisito
a dicho ente,
antes de que le coja cariño».

Sociedad de Amigos y Protectores

Gloria Fuertes






Plaza del Esparto

Nuevo Mundo. 10 de julio de 1915




miércoles, 30 de octubre de 2019

Después de la guerra, los chatarreros hacen buenos negocios

«Después de la guerra, los chatarreros hacen buenos negocios. Hay mucho hierro, casquillos, cobre, plomo… que recuperar en las trincheras, en las ruinas de los bombardeos y en los campos de batalla. El Chato Puertas tiene, además, contactos en los cuarteles. Compra al por mayor excedentes del Ejército como sábanas, jergones, cacharros de cocina y cable eléctrico; los recicla y abastece con ellos cárceles y hospitales. No es mucho lo que paga el Chato a sus empleados, pero a Teófilo González le llega para comer caliente una vez al día y mantener a su madre, que está pachucha y enferma de los nervios desde que le mataron a un hermano en la batalla de Teruel».

Los años del miedo

Juan Eslava Galán


Chatarreros en el Puente de Astilleros

Todocolección

martes, 29 de octubre de 2019

Que pretén vendre pots de paella concentrada

«—Les conjuntures són imprevisibles.

El president abaixà un dit la finestra i amb desídia digué

—: Les ganes que jo tinc ara de presentar-me a Varsòvia amb una delegació comercial que pretén vendre pots de paella concentrada. 

—Hi haurà un gran ressò a la premsa».

L’any de l’embotit

Ferran Torrent



Paella valenciana en conserva. Industrias La Blanca

Todocolección

lunes, 28 de octubre de 2019

Que sale de la guerra con déficit alimenticio

«La calle se va animando. Dos novedades llaman la atención del observador: el adelgazamiento de la población, que sale de la guerra con déficit alimenticio, y el torpe aliño indumentario de los transeúntes, al menos de los pertenecientes al bando de los vencidos: pantalones con parches de tela de diferente color en la culera y en las rodillas, chaquetas con parches en los codos, trajes dados la vuelta que se delatan porque llevan en el lado derecho los ojales y el bolsillo superior de la chaqueta».

Los años del miedo

Juan Eslava Galán



Casa de la Caridad

Colección de Casa de la Caridad

Cortesía de Pilar Martínez Olmos

domingo, 27 de octubre de 2019

En la Plaja de la Malvarrosa té ara casa el afamat escriptor

«En la partida que ara·s nomena Plaja de la Malvarrosa, per les plantacions d’esta odorífera planta, que féu un agricultor francés, tenien mos pares una alqueria y un hort, y allí solíem passar la temporada d’estiu. El molí y la ermiteta de Vera encara existixen; lo que no sé jo és si la memòria que guarde d’ells, poetisada per la imaginació y per lo transcurs del temps, serà prou exacta.

En la Plaja de la Malvarrosa té ara casa el afamat escriptor y home polítich Vicent Blasco Ibáñez. En ella passa llargues temporades y allí escriu ses noveles tan anomenades».

Teodor Llorente


Chalet de Blasco Ibáñez. 1984

Cortesía de Paco Dolz

sábado, 26 de octubre de 2019

El trabajo consistía en separar los billetes válidos de los ilegales, impresos durante la guerra

«Poco después el Chato logró un puesto en la oficina interventora de los billetes de banco republicanos y fue allí donde hizo su agosto. El trabajo consistía en separar los billetes válidos, emitidos antes del comienzo de la guerra, de los ilegales, impresos durante la guerra, a los que, dependiendo de la fecha de emisión, se les reconocía un porcentaje de su valor facial. El Chato Puertas declaraba inservibles muchos billetes de curso legal y los arrojaba displicentemente a la estufa apagada de su oficina, de la que después los rescataba para ingresarlos en su cuenta corriente. En dos semanas, ganó lo suficiente para adquirir un piso y una chatarrería que se traspasaban por fusilamiento del dueño».

Los años del miedo

Juan Eslava Galán



Todocolección


https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-06-29/dinero-rojo-franco-republica-guerra-civil_1406693/

viernes, 25 de octubre de 2019

Al trompeta d’una família gitana que aconseguia mantenir quieta una cabra en l’espai d’una rajola

«M’adrecí al Rambo. El cel estava gris, presagiant pluja. La gent s’arrombollava sota els coberts de les parades dels autobusos, l’avinguda amb prou feines engolia el trànsit habitual i les voravies enregistraven el pas de les dones cap al supermercat i dels xiquets que, encara ensopits, acudien, callats i en silenci, a l’escola. De la redacció al bar paguí un peatge de quaranta duros: vint a un indigent que m’enlairà una botella de conyac buida, i vint més al trompeta d’una família gitana, que, amb indubtable autoritat, aconseguia mantenir quieta una cabra en l’espai d’una rajola aguantada per dues columnes de fusta».

Cavall i rei

Ferran Torrent


Calle de la Universidad con Nave

Jose Aleixandre. 1988

Subida por Pilar Martínez Olmos a VAHG

jueves, 24 de octubre de 2019

Que daba al comercio derecho a declararse «afecto al Movimiento»

«Mientras encuentra un medio de vida mejor, Teófilo faena por horas en la chatarrería de Ildefonso López Puerta, alias el Chato Puertas , un antiguo delincuente fichado por la policía de la República, que tuvo la suerte de que el estallido de la contienda lo sorprendiera en Granada, por lo que ha combatido en el bando nacional. El Chato entró en Jaén con las tropas liberadoras, e inmediatamente inició el lucrativo negocio de presentarse en los comercios para ofrecer los servicios de la aseguradora «El Escudo Nacional», de la que es agente. Los comerciantes, amedrentados por la camisa azul y por las medallas que el visitante lucía, firmaban la póliza sin rechistar y pagaban a tocateja el adelanto. Antes de marchar, conseguía que suscribieran la «ficha azul» que daba al comercio derecho a declararse «afecto al Movimiento», a cambio de un donativo con destino a la Falange, proporcional a la importancia del negocio».

Los años del miedo

Juan Eslava Galán


Aceites Minerales Nacionales

http://anunciosantiguosdevalencia.blogspot.com/

miércoles, 23 de octubre de 2019

Aparcàrem el cotxe al principi del carrer Visitació

«El coll de l’embús era un control que la policia havia instal·lat en els carrils d’eixida cap a la platja, però el singular traçat del circuit urbà també possibilitava la retenció dels vehicles que entraven. Superat el tram de controls, tardàrem més enllà d’una hora a trampejar el laberint natural de la ciutat, fins al pont de pedra del carrer Sagunt. Una vegada franquejat el pas a nivell, aparcàrem el cotxe al principi del carrer Visitació».

Cavall i rei

Ferran Torrent



Colegio Santísima Trinidad (Trinitarias)

Calle Visitación

http://vicenticoaa.blogspot.com/2017/12/valencia_30.html

martes, 22 de octubre de 2019

En la jardinera volvía la gente llena de sol

«Cogimos el último tranvía de la Malvarrosa que iba a Valencia. En la jardinera volvía la gente llena de sol, muy cansada. Marisa al final del viaje había reclinado la cabeza en mi hombro y se había quedado dormida con la bolsa y el cartapacio de las acuarelas a los pies. Al día siguiente me examiné de Filosofía del Derecho. Me preguntaron algo sobre Luis Vives. Hablé de la armonía vital que yo había subrayado con lápiz rojo. Saqué un notable y con eso me convertí en un licenciado».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Tranvía con jardinera. Línea 2 (interior - playa)

Actual Plaza del Ayuntamiento

https://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=104567394&langid=7

lunes, 21 de octubre de 2019

¿Quién era Blasco Ibáñez? —me preguntó Julieta

«—¿Quién era Blasco Ibáñez? —me preguntó Julieta. 

—Un escritor. 

—¿Un escritor famoso? 

—Sí».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Blasco Ibáñez en la terraza del chalet de La Malvarrosa

http://casamuseoblascoibanez.com/

domingo, 20 de octubre de 2019

A l’escalinata del venerable recinte

«Un passadís custodiat per un públic entusiasta menava els invitats a l’interior de la Llotja. La gent aplaudia els famosos de la jet-set local i multiplicava els aplaudiments quan albirava un militar d’uniforme, més ovacionat com més quincalla li penjava del pit. Per sort nosaltres vam passar desapercebuts perquè ens obrirem pas per un lateral, entre la multitud apilotada a l’escalinata del venerable recinte».

Cavall i rei

Ferran Torrent




La Lonja

Todocolección

sábado, 19 de octubre de 2019

Y desde allí se oía el oleaje casi al pie de la ventana

«La casa deshabitada de Blasco Ibáñez estaba llena de la fruta de Julieta. Todas las estancias vacías olían a su sexo. De pie en aquella habitación se dejaba acariciar y encendida por la pasión me decía besándome el cuello mon petit mignon, mon petit mignon y desde allí se oía el oleaje casi al pie de la ventana. 

—Arriba hay colchonetas —murmuró Marisa en mi oído».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Elena Ortúzar, segunda esposa de Blasco Ibáñez

http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/

viernes, 18 de octubre de 2019

Donde había una terraza cerrada con unas cariátides en cada ángulo

«Fuimos a refugiarnos en la casa de Blasco Ibáñez. Subimos al primer piso donde había una terraza cerrada con unas cariátides en cada ángulo y columnas estriadas. Una gran mesa de mármol sostenida por cuatro leones alados que había allí sirvió para que Julieta se tumbara y entonces comencé a acariciarla. De pronto ella sintió miedo, pero aquella casa estaba deshabitada. Había allí un ping-pong y unos guantes de boxeo y unas colchonetas, unos armarios derribados y restos de comida. En un lado del cielorraso habían hecho un nido las golondrinas que entraban y salían a través de las ventanas rotas. En el primer piso había habitaciones con estanterías metálicas llenas de libros del Movimiento Nacional, periódicos viejos, folletos, la colección de la revista Jerarquía. Contra una de aquellas estanterías Julieta se abandonó al ver que en la casa no había nadie y el sol en ese momento se había ido dejando la tarde llena de fruta».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Chalet de Blasco Ibáñez. La Malvarrosa

Todocolección

jueves, 17 de octubre de 2019

Cuando éramos niños desnudos en la playa

«El mar sólo es un conjunto de olas sucesivas, igual que la vida se compone de días y horas, que fluyen una detrás de otra. Parece una división muy sencilla, pero esta operación, incorporada a la mente, ha salvado del naufragio a innumerables marineros y ha ayudado a superar en tierra muchas tragedias humanas. Recuerdo haberlo leído, tal vez, en alguna novela de Conrad. Si en medio de un gran temporal el navegante piensa que el mar encrespado forma un todo absoluto, el ánimo sobrecogido por la grandeza de la adversidad entregará muy pronto sus fuerzas al abismo; en cambio, si olvida que el mar es un monstruo insondable y concentra su pensamiento en la ola concreta que se acerca y dedica todo el esfuerzo a esquivar su zarpazo y realiza sobre él una victoria singular, llegará el momento en que el mar se calme y el barco volverá a navegar de modo placentero. Como las olas del mar, los días y las horas baten nuestro espíritu llevando en su seno un dolor o un placer determinado que siempre acaba por pasar de largo. Cuando éramos niños desnudos en la playa no teníamos conciencia del mar abstracto sino del oleaje que invadía la arena y contra él se establecía el desafío. Cada ola era un combate. Había olas muy tendidas que apenas mojaban nuestros pies y otras más alzadas que hacían flotar nuestro cuerpo; algunas llegaban a inundarnos por completo con cierto amor apacible, pero, de pronto, a media distancia de nuestro pequeño horizonte marino aparecía una gran ola muy cóncava adornada con una furiosa cresta de espuma que era recibida con gritos sumamente excitados. Los niños nos preparábamos para afrontarla: los más audaces preferían atravesarla clavándose en ella de cabeza, otros conseguían coronarla acomodando el ritmo corporal a su embestida y quienes no veían en ella una lucha concreta sino un peligro insalvable quedaban abatidos y arrollados. Con cuanto placer dormía uno esa noche con los labios salados y el cuerpo cansado, abrasado de sol pero no vencido. La práctica de aquellos baños inocentes en la orilla del mar es la mejor filosofía para sobrevivir a las adversidades. El infinito no existe, el abismo sólo es un concepto. Las pequeñas tragedias de cada día se componen de olas que baten el costado de nuestro navío. La única sabiduría consiste en dividir la vida en días y horas para extraer de cada una de ellas una victoria concreta sobre el dolor y una culminación del placer que te regale. Una sola ola es la que te hace naufragar. De esa hay que salvarse».

Las olas

Manuel Vicent

El País. 28 de marzo de 2004




El balandrito. 1909

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 100 x 110

Museo Sorolla

miércoles, 16 de octubre de 2019

La cena en casa de Pepica fue excelente

«La cena en casa de Pepica fue excelente. El restaurante era grande, limpio y al aire libre, y todo lo cocinaban a la vista del cliente. Se podía elegir lo que desearas, asado o a la plancha, y el mejor pescado, y los arroces eran los!mejores de la playa. Estábamos de buen humor y hambrientos, y comimos bien. Pepica es un negocio familiar y todo el mundo se conocía. Se oía romper las olas y las luces relucían en la arena húmeda. Bebimos sangría servida en jarras grandes y, como aperitivo, salchichas, atún fresco, langostinos, y tentáculos de pulpo fritos que sabían a langosta. Luego unos pidieron filetes y otros pollo asado con paella. A juicio de los valencianos, fue una comida muy moderada y la propietaria del local temía que nos hubiéramos quedado con hambre».

El verano peligroso

Ernest Hemingway


Ernest Hemingway en La Pepica

http://www.lapepica.com/

https://blogs.lasprovincias.es/historiascondelantal/2014/06/07/el-rey-hemingway-y-la-pepica/

martes, 15 de octubre de 2019

Se la llevó el agua durante la riada del 57

«A tres o cuatro metros sobre el cauce, a la izquierda, se veían los restos de muros de viviendas y, más allá, ruinas de arcos y columnas. 

—¿Y aquello, sargento? —le preguntó al suboficial al mando del puesto mientras señalaba los esqueletos de ladrillos y mortero. 

—La presa vieja, mi brigada —contestó el agente—. Se la llevó el agua durante la riada del 57, creo.

Eso es lo que queda. En verano, los críos vienen aquí a lanzarse al agua desde ahí arriba y, de milagro, nunca ha pasado nada».

El silencio del pantano

Juanjo Braulio




Especial Las Provincias

Subida por Ramón Sánchez Castelló a VAHG

lunes, 14 de octubre de 2019

Aquella avenida que antes tantas veces recorriera a pie, tuvo entonces que cruzarla en barca

«Noviembre y febrero son allá meses de lluvias torrenciales. En las calles cercanas al río preparaban las casas contra la inundación, ajustando unos tablones al dintel de la puerta. Mas en otro barrio opuesto un afluente también solía desbordar con las lluvias, y sus aguas iban a tenderse, lisas como un espejo enamorado de la imagen que refleja, sobre la llanura donde está asentada la ciudad.

Una mañana vinieron a buscarle al colegio a hora desusada. Llovía días y días, torrencialmente; y el agua desbordando ya por el prado, sería difícil para él volver a su casa en las afueras si se retrasaba un poco. Hubo que dejar el coche al salir de las últimas calles. Aquella avenida de castaños que antes tantas veces recorriera a pie, tuvo entonces que cruzarla en barca.

El agua lo cubría todo, y al fondo surgían de la laguna los edificios extraños y exactos tras una delgada fila de árboles. Algunas gentes cruzaban confusas e inhábiles sobre puentes recién construidos con tablas. Mas casas y gentes parecían ahora breves y sin trascendencia, como si al privarles el agua de la acostumbrada base terrena (así ocurre con un navío al hacerse a la mar) dejara al descubierto su verdadera proporción y significado.

Ya en casa, tras de los cristales de un balcón, miró el jardín, que un muro protegía de las aguas. La laguna con sus frágiles puentecillos, negras líneas sin perspectiva bajo un plano cielo gris estriado de blanco por la lluvia, era como el paisaje de un abanico japonés que su madre tenía.

Al llegar la noche, derribados con el temporal los postes y alambres eléctricos, no había luz. A la claridad de las velas, un libro ante sus ojos soñolientos, escuchaba el viento afuera, en el campo inundado, y la lluvia caudalosa caer hora tras hora. Se sentía como en una isla, separado del mundo y de sus aburridas tareas en ilimitada vacación; una isla mecida por las aguas, acunando sus últimos sueños de niño».

La riada

Luis Cernuda



Calle de la Paz

Especial Las Provincias

Subida por Ramón Sánchez Castelló a VAHG

domingo, 13 de octubre de 2019

Teníamos un río, ahora somos parte de él

«Yo le tenía miedo a la oscuridad,
hasta que las noches se hicieron largas y sin luz.

Yo no resistía el frío fácilmente,
hasta que aprendí a subsistir en ese estado.

Yo le tenía miedo a los muertos,
hasta que tuve que dormir en el cementerio.

Más aún, yo le tenía miedo al espanto,
hasta que tuve que dormir en el crematorio.

Yo sentía rechazo por los rosarinos y por los porteños,
hasta que me dieron abrigo y alimento.

Yo sentía rechazo por los judíos,
hasta que le dieron medicamentos a mis hijos.

Yo lucía vanidoso mi pullover nuevo,
hasta que se lo di a un niño con hipotermia.

Yo elegía cuidadosamente mi comida,
hasta que tuve hambre.

Yo desconfiaba de la tez cobriza,
hasta que un brazo fuerte me sacó del agua.

Yo creía haber visto muchas cosas,
hasta que vi a mi pueblo deambulando sin rumbo por las calles.

Yo no quería al perro de mi vecino,
hasta que aquella noche lo sentí llorar hasta ahogarse.

Yo no me acordaba de los ancianos,
hasta que tuve que participar en los rescates.

Yo no sabía cocinar,
hasta que tuve frente a mí una olla con arroz y niños con hambre.

Yo creía que mi casa era más importante que las otras,
hasta que todas quedaron cubiertas por las aguas.

Yo estaba orgulloso de mi nombre y apellido,
hasta que todos nos transformamos en seres anónimos.

Yo casi no escuchaba radio,
hasta que fue la que mantuvo viva mi energía.

Yo criticaba a los bulliciosos estudiantes,
hasta que de a cientos me tendieron sus manos solidarias.

Yo estaba bastante seguro de cómo serían mis próximos años,
pero ahora ya no tanto.

Yo vivía en una comunidad con una clase política,
pero ahora espero que se la haya llevado la corriente.

Yo no recordaba el nombre de todas las provincias,
pero ahora las tengo a todas en mi corazón.

Yo no tenía buena memoria,
tal vez por eso ahora no recuerde a todos,
pero tendré igual lo que me queda de vida para agradecer a todos.

Yo no te conocía,
ahora eres mi hermano.

Teníamos un río,
ahora somos parte de él.

Es la mañana.

Ya salió el sol y no hace tanto frío.

Gracias a Díos.

Vamos a empezar de nuevo».

Empezar de nuevo

Carlos Guillermo Garibay



Damnificados por la riada

Especial Las Provincias

Subida por Ramón Sánchez Castelló a VAHG

sábado, 12 de octubre de 2019

El mar de la riada, oleadas de barro; el cielo, generoso en lágrimas

«He vuelto a Alzira
entre el trueno que retumba en mi oído
y la lluvia que azota mis hombros,
como un ave paralizada por las aguas
cuyos polluelos están en el nido, atormentados,
viendo cómo se derrumban los muros
bajo el peso continuo de las nubes.

El mar de la riada,
oleadas de barro;
el cielo, generoso en lágrimas;
los edificios, resquebrajados,
humillados como cautivos
ante el tirano.

Los edificios se venían abajo
inclinándose a tierra
como lo harían las comisiones
delante de los reyes.
Se diría que imitaban
a los fieles en oración».

Ibn Jayafa



Damnificados por la riada

Especial Las Provincias

Subida por Ramón Sánchez Castelló a VAHG

viernes, 11 de octubre de 2019

No podrá pasar a su cuarto: el jardín está con más de un metro de agua

«Doña Rita le explicó:

—No podrá pasar a su cuarto: el jardín está con más de un metro de agua.

Su dormitorio, situado en la extremidad del jardín, probablemente había sido la habitación del jardinero en tiempos de mayores esplendores, es decir, «antes de la guerra». «Antes de la guerra» era una expresión como «La belle époque» para los franceses: hacía regresar al país que tenía como toda meta la de volver al pasado. Años después, y habiendo ya llovido mucho por la Malvarrosa y por el Pardo, los españoles, a la muerte del legionario, creamos otra frasecita del mismo tipo, y con las mismas consecuencias.

A punto estuvo Tarsis de ir a nado, como Tarzán, en busca de Chita, de liana en liana, atravesando de copa en copa el jardín a la búsqueda de una estampita. Es posible que si lo hubiera hecho, afrontando el torrente, la protección de la Virgen le hubiera permitido hacer frente a la tentación.

—¡Fíjese cómo estará su colchón, su jergón y sus sábanas!

Se lamentaba Doña Rita. Pero a Tarsis, y a causa de un contradictorio egoísmo mariano, le importaba un bledo que su cama apareciera al día siguiente, a los dos días, o al cabo de una semana con tres cuartas de lodo; el sólo pensaba en su estampa».

La torre herida por el rayo

Fernando Arrabal



La Malvarrosa. Octubre 1957

Todocolección

jueves, 10 de octubre de 2019

Para pintar la sombra que en la arena proyectaba una barca varada

«La puerta estaba abierta y las ventanas tenían los cristales rotos. Bajo el cañizo de Casa Carmela sirviéndose de una silla de enea como caballete Julieta comenzó a pintar unos azules muy suaves que al parecer extraía el fondo de la tarde. A su lado yo estudiaba el pensamiento de Juan Luis Vives y ambos tomábamos caracoles de mar y mejillones. La armonía vital predomina sobre toda clase de aristotelismo, había subrayado yo con lápiz rojo en aquellos apuntes. Julieta ahora mojaba el pincel en el color violeta para pintar la sombra que en la arena proyectaba una barca varada. A la caída del sol nos bañamos otra vez en la playa desierta allí donde la arena comenzaba a ser invadida por los carrizales. De pronto sentí un escalofrío. Marisa me secaba con la toalla y yo la besaba y ella me decía que yo tenía los labios morados».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



La sombra de la barca. 1903

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 61,70 x 93

Museo Sorolla

miércoles, 9 de octubre de 2019

Era un 9 de octubre, festividad de San Donís

«Era un 9 de octubre, festividad de San Donís, patrón de los pasteleros. Ese día se celebraba en Valencia la tradición de la mocadorada: los enamorados se obsequiaban con un pañuelo repleto de dulces, frutos secos y peladillas. Los novios ricos solían anudar el pañuelo con una pulsera o una sortija de valor pero ese día en que llegué a Valencia yo no tenía a nadie a quien dar un caramelo.



En cambio a la esposa del Caudillo en el ayuntamiento le acababan de regalar un mantón de Manila lleno de golosinas y alhajas selectas en un acto oficial que estaba retransmitiendo con voz muy redonda el locutor de Radio Alerta: en este momento el excelentísimo señor alcalde en el salón de columnas hace ofrenda a la doña Carmen de un riquísimo mantón de Manila bordado a mano que rebosa de todo lo más dulce que se fabrica en la hermosa ciudad de Valencia, queridos radioyentes, con todo el surtido de turrones los valencianos ofrendamos a la señora también nuestro corazón agradecido.


Entrada de Franco a la provincia de Valencia. 1954

Luis Vidal

Levante EMV

Mientras el locutor llenaba de azúcar las ondas del espacio yo iba con la maleta en la mano por la calle Pascual y Genís, y allí había una pastelería llamada Nestares que tenía en el escaparate la imagen de Franco fabricada con frutas confitadas, cerezas, higos, orejones, albaricoques, melocotones, junto al escudo de España y la bandera nacional hecha con pasteles y repostería fina.


Calle Pascual y Genís

Principios del XX

Todocolección


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Muy cerca del cine Suizo, en la plaza del Caudillo, la pastelería Rívoli también exhibía la figura de Franco confeccionada a base de almendras garrapiñadas.


Plaza del Caudillo

Subida por Miguel López. a VAHG

La Rosa de Jericó, en la calle de la Paz, había montado un motivo patriótico con un arreglo de trufas típicas de la casa y en Noel se podía ver un gran retrato del Vigía de Occidente que hacía sonreír el bigotito entre las columnas de Hércules en chocolate con un letrero de merengue que decía: Plus Ultra.


Obrador de "La Rosa de Jericó"

https://www.facebook.com/LA-ROSA-DE-JERIC%C3%93-pasteler%C3%ADa-320342931333023/?fref=ts


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Pero ese día lo más dulce de Valencia era el sol de otoño.»

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent

martes, 8 de octubre de 2019

Allò que val és la consciència de no ser res si no s’és poble

«Assumiràs la veu d’un poble,
i serà la veu del teu poble,
i seràs, per a sempre, poble,
i patiràs, i esperaràs,
i aniràs sempre entre la pols,
et seguirà una polseguera.

I tindràs fam i tindràs set,
no podràs escriure els poemes
i callaràs tota la nit
mentre dormen les teues gents,
i tu sols estaràs despert,
i tu estaràs despert per tots.

No t’han parit per a dormir:
et pariren per a vetlar
en la llarga nit del teu poble.

Tu seràs la paraula viva,
la paraula viva i amarga.

Ja no existiran les paraules,
sinó l’home assumint la pena
del seu poble, i és un silenci.

Deixaràs de comptar les síl.labes,
de fer-te el nus de la corbata:
seràs un poble, caminant
entre una amarga polseguera,
vida amunt i nacions amunt,
una enaltida condició.

No tot serà, però, silenci.

Car dirà la paraula justa,
la diràs en el moment just.

No diràs la teua paraula
amb voluntat d’antologia,
car la diràs honestament
iradament, sense pensar
en ninguna posteritat,
com no siga la del teu poble.

Potser et maten o potser
se’n riguen, potser et delaten;
tot això són banalitats.

Allò que val és la consciència
de no ser res si no s’és poble.

I tu, greument, has escollit.

Després del teu silenci estricte,
camines decididament.»

Assumiràs la veu d’un poble

Llibre de meravelles. 1956 - 1958

Vicent Andrés Estellés



Las Provincias. 11 d'octubre de 1977

lunes, 7 de octubre de 2019

El Ponent malait tot ho arrassa

«¡Vent de Ponent!...
¡Vent de Ponent!...

Llauradors, nòstra tèrra perilla;
Germanats l'amor sant defensem;
Vil extrany magansés nos humilla...
¡Valenciáns, per la Patria breguem!

¡Defensem la nòstra casa,
gèni i llengua, sang i rassa!
¡Per honor i dignitat!
¡Per la santa llibertat!

Vent de Ponent marsix la collita.
Vent de Ponent lo còr debilita
i el nafra i el crema gelat o brussent...
¡Vent de Ponent!
¡Vent de Ponent!

¡Pòble meu, pòble meu, qui t'ha vist
Fòrt gotjós... i ara débil i trist!....
Dones flòrs i te tornen espines.
Trevallant, trevallant t'arroínes.
Fores l'alba llevantina;
teua fon la mar llatina;
escampá ta glòria el vent...
¡i ara esclau d'un fòrt Ponent!.

Vent de Ponent marsix la collita.
Vent de Ponent lo còr debilita
i el nafra i el crema gelat o brussent...
¡Vent de Ponent!
¡Vent de Ponent!

Rompa fòrt nòstre clam, colliters;
Del cultiu detingam els quefers:
El Ponent malait tot ho arrassa,
I els vèrts camps i la sang nos abrassa
¡Alcem murs , alcem rasers
protectors de nòstra casa...
i refresque nòstra llar
l'alenada de la mar!...

Vent de Ponent marsix la collita,
Vent de Ponent lo còr debilita
i el nafra i el crema gelat o brussent...
¡Vent de Ponent!
¡Vent de Ponent!».

Himne valencianiste. 1915

Lluís Cebrian Ibor



Celebració Nou d'Octubre

Homenatge a Jaume I

Cortesía de José Navarro Escrich

domingo, 6 de octubre de 2019

Ajuntem-nos que ya ha arribat l'hora

«Valencians, prou de temps s'alluntarem
oblidant-nos de que erem germans,
ajuntem-nos que ya ha arribat l'hora
de ser lliures i ser valencians.

Ya sobre els camps d'Iberia
per tot arreu esclaten
les flors que son el símbol
de patria i llibertat,
i mentres atres cullen els fruits de la victoria
el poble de Valencia no deu d'estar parat.

Valencians, defengam nostra terra
contra lladres, bochins i tirans,
ajuntem-nos que ya ha arribat l'hora
de ser dignes de ser valencians.

Agraïm l'amor pur de Valencia
que nos vol vore units i germans
i els fills nostres diran recordant-nos
que son dignes de ser valencians.

Junt a la mar blavosa i al cim de la montanya
la voluntat del poble nos ha posat un niu
de front a l'aire lliure el nostre pit s'eixampla
i al bes del sol que abrasa nostre cor hui reviu.

Valencians, defengam nostra terra
contra lladres, bochins i tirans
ajuntem-nos que ya ha arribat l'hora
de ser dignes de ser valencians.»

Cançó de lluita. 1920

Maximilià Thous Llorens



Manifestació a favor de l?Estatut. 1932

https://es.wikipedia.org/wiki/Estatuto_de_Autonom%C3%ADa_de_la_Comunidad_Valenciana_de_1982

sábado, 5 de octubre de 2019

Flamejant t’he vist al vent i te porte dins del cor

«Senyera!
Símbol viril de la terra,
ala amorosa en la pau,
flama vibrant en la guerra,
clam, bes i llau.

Groc d’espiga i roig de sang
devallant del blau de cel
fins a tu no arriba el fang,
sols arriba el sant anhel.

Senyera!
Crit i clamor
de l’amor
verdadera.

Flamejant t’he vist al vent
i te porte dins del cor;
moure fas mon sentiment,
puix que ets feta amb sang i amb or.

Senyera!
Símbol viril de València,
llum de la Pàtria en la pau,
flama de nostra consciència
clam bes i llau».

Cant a la senyera

Carles Salvador


Detalle del cartel para la Feria de Julio. de 1910

J. Mellado

viernes, 4 de octubre de 2019

Y en ella campaban juntos los últimos Flechas Navales

«...junto a una villa pompeyana que era, según se decía, del escritor Blasco Ibáñez aunque ahora estaba medio abandonada después de haber sido incautada por la Falange y en ella campaban juntos los últimos Flechas Navales y los primeros gitanos».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Flechas Navales haciendo ejercicio en la playa de La Malvarrosa

http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/

jueves, 3 de octubre de 2019

Al final de la playa estaba Casa Carmela

«Por la tarde nos fuimos paseando hasta el final de la playa. Marisa quería pintar una acuarela del natural. Yo me proponía repasar los apuntes de Filosofía del Derecho, mi última asignatura de la carrera. Pasando la línea de los chalets al final de la playa estaba Casa Carmela...»

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent


Casa Carmela

http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/