«Fuimos a refugiarnos en la casa de Blasco Ibáñez. Subimos al primer piso donde había una terraza cerrada con unas cariátides en cada ángulo y columnas estriadas. Una gran mesa de mármol sostenida por cuatro leones alados que había allí sirvió para que Julieta se tumbara y entonces comencé a acariciarla. De pronto ella sintió miedo, pero aquella casa estaba deshabitada. Había allí un ping-pong y unos guantes de boxeo y unas colchonetas, unos armarios derribados y restos de comida. En un lado del cielorraso habían hecho un nido las golondrinas que entraban y salían a través de las ventanas rotas. En el primer piso había habitaciones con estanterías metálicas llenas de libros del Movimiento Nacional, periódicos viejos, folletos, la colección de la revista Jerarquía. Contra una de aquellas estanterías Julieta se abandonó al ver que en la casa no había nadie y el sol en ese momento se había ido dejando la tarde llena de fruta».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Chalet de Blasco Ibáñez. La Malvarrosa
Todocolección
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