jueves, 10 de octubre de 2019

Para pintar la sombra que en la arena proyectaba una barca varada

«La puerta estaba abierta y las ventanas tenían los cristales rotos. Bajo el cañizo de Casa Carmela sirviéndose de una silla de enea como caballete Julieta comenzó a pintar unos azules muy suaves que al parecer extraía el fondo de la tarde. A su lado yo estudiaba el pensamiento de Juan Luis Vives y ambos tomábamos caracoles de mar y mejillones. La armonía vital predomina sobre toda clase de aristotelismo, había subrayado yo con lápiz rojo en aquellos apuntes. Julieta ahora mojaba el pincel en el color violeta para pintar la sombra que en la arena proyectaba una barca varada. A la caída del sol nos bañamos otra vez en la playa desierta allí donde la arena comenzaba a ser invadida por los carrizales. De pronto sentí un escalofrío. Marisa me secaba con la toalla y yo la besaba y ella me decía que yo tenía los labios morados».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



La sombra de la barca. 1903

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 61,70 x 93

Museo Sorolla

No hay comentarios:

Publicar un comentario