sábado, 19 de octubre de 2019

Y desde allí se oía el oleaje casi al pie de la ventana

«La casa deshabitada de Blasco Ibáñez estaba llena de la fruta de Julieta. Todas las estancias vacías olían a su sexo. De pie en aquella habitación se dejaba acariciar y encendida por la pasión me decía besándome el cuello mon petit mignon, mon petit mignon y desde allí se oía el oleaje casi al pie de la ventana. 

—Arriba hay colchonetas —murmuró Marisa en mi oído».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Elena Ortúzar, segunda esposa de Blasco Ibáñez

http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com/

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