«El predicador ensalzaba las virtudes de este santo abogado contra la peste y después del sermón comenzó a crepitar el sofrito de la paella a la sombra de las higueras en los corrales. En la paella se iba dorando el conejo, el magro de cerdo y el pollastre de pajar mientras la banda de música acompañaba por la calle el guión de San Roque con los acordes del pasodoble Pepita Creus y grandes tartas con grecas de merengue recién bendecidas eran paseadas hasta el dosel del primer clavario bajo el sol de mediodía que también sacaba destellos de oro y sudor a las mujeres al salir de misa mayor. Pero en algunas casas del pueblo ese día no se hizo paella sino un estofado con la carne del toro de Isaías y Tulio Vázquez que había matado a un joven de la villa».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent


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