«La pensión pertenecía a una animada viejecita con pata de palo que trajinaba como cuatro y que echaba las campanas al vuelo a cada gracia de su nieta, una meona de la piel del diablo. Las labores de la casa las asumía con esmero y reserva la criada, Soledad Galdós, una moza alta, rubia, de imperturbable tranquilidad y con unos misteriosos y serenos ojos azules. Se la tomaba por sueca. Por ello los tres huéspedes de la casa, un contable y dos chupatintas de la Fábrica de Papel, soñaban con seducirla. En realidad había nacido en una aldea próxima a Torrijas, provincia de Teruel, y era española por los cuatro costados. No miraba a nadie con misterio, sino simplemente con ventaja… y cuando, al ir a acostarse, se tropezaba con uno de sus admiradores, por encima del hombro».
Víctor, ¿realmente ese texto de Arrabal se corresponde con la Pensión Colón o ha sido una licencia literaria? Gracias
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