«Cuando Fran y Gani se fueron, por desavenencias económicas y personales con los propietarios, aquello se quedó vacío. Todo el mundo los siguió y se fue al Coliseo, que estaba al lado. Entonces, ya empecé a llevar yo el A.C.T.V, que lo he llevado toda la vida. Me fui a la terraza del Spook a buscar disc-jockeys y allí enganché al «Gitano», que en ese momento no estaba pinchando. Le propuse pinchar en A.C.T.V y empezamos con la historia del acid house y las sonrisitas. Lo que pasa es que él pinchaba al corte, tenía su propio estilo, pero tenía que salir del paso y empecé con él. También cogí a Josel, que ese sí que mezclaba muy bien, y entre los dos empezaron a hacer la nueva sesión. «El Gitano» era…, ¡qué te voy a contar! [risas]. Este se metía siete rayas dentro de la cabina, pinchando. ¡Era una locura, una locura!»
Reseña biográfica de Joan Bataller (extracto)
¡Bacalao!
Luis Costa Plans
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