«Yo la conocía por el sonido de sus sandalias en la acera, pero no la miraba hasta que había cruzado y entonces ella sabía que yo la estaba sorbiendo por la espalda mientras se alejaba hacia la fuente. Aquel mismo verano, pocos días antes de que Vicentico Bola me llevara a la ciudad a que me desvirgaran, yo estaba tocando al piano aquella melodía: siempre está en mi corazón el hechizo de tu amor, y por fin la niña se acercó hasta quedarse plantada junto al taburete de terciopelo, sentí su aliento en la nuca y sin decirme nada pasó una hoja de la partitura cuando le hice un gesto con la cabeza. Luego se alejó. Yo también pensaba en Marisa dentro del taxi de Agapito camino del matadero».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Antigua plaza del Caudillo. 1955
Foto Finezas
Subida por Pilar Martínez Olmos a VAHG
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