«Que estás en la tierra,
Padre nuestro,
Que te siento en la púa del pino,
En el torso azul del obrero,
En la niña que borda curvada
la espalda, mezclando el hilo en
el dedo.
Padre nuestro que estás en la
tierra,
En el surco,
En el huerto,
En la mina,
En el puerto,
En el cine,
En el vino,
En la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la
tierra,
Donde tienes tu gloria y tu
infierno
Y tu limbo; que estás en los
cafés
Donde los pudientes beben su
refresco.
Padre nuestro que estás en la
tierra,
En un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de
pan a los pájaros del paseo.
Padre nuestro que estás en la
tierra,
En la cigarra, en el beso,
En la espiga, en el pecho
De todos los que son buenos.
Padre que habitas en cualquier
sitio,
Dios que penetras en cualquier
hueco,
Tú que quitas la angustia, que
estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
Los que luego hemos de ver,
Donde sea, o ahí en el cielo.»
Oración
Gloria Fuertes
El rastro
Joaquín Collado
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