-o te escoge-,
y te sale amor de carne y hueso.
Cuando es amor de carne, después
se queda en eso,
(¡Vaya hueso!)
Y a ver quién ya lo roe,
si no hay diálogo luego,
y se aburre contigo alma mía,
porque era sólo eso:
una carne, un rollo, un hueso;
y de tu alma nada,
nadie reparó en ella,
y menos,
ese bellísimo y funesto
amor de carne y hueso».
Amor de carne y hueso
Gloria Fuertes
Puerta de los Hierros. Catedral de Valencia. 1945
Todocolección
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