«No recuerdo si esta vez al llegar a Valencia sentí primero el incienso del Patriarca, después de atravesar el frescor del zaguán donde reptaba el dragón por la pared o fue el apestoso olor a mantequilla caliente de Barrachina ya que los dos lugares visité el mismo día en busca de confesión con el padre España y de la compañía de aquella prostituta que quería llevarme a la lucha libre. A los dos seres encontré en su sitio. El padre España estaba en el primer confesionario entrando a la derecha y la China se hallaba sentada a la misma mesa en el altillo de la cafetería con la mandíbula apoyada en un puño».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Barrachina
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Gracias por este blog, es magnífico. No obstante, el tipo de letra y el fondo no permiten su fácil lectura. En concreto, el tipo de letra inglesa se lee con bastante dificultad, agravado por la falta de contraste con el fondo. Enhorabuena de nuevo.
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