«El "no te imaginarás de lo que me he enterado" empezó a ser una frase comodín cada vez que Blanca pasaba por delante de todas aquellas madres, cabizbaja y con la mochila al hombro. Eran tiempos en los que todo el mundo conocía a todo el mundo. Entendiendo por todo el mundo o el mundo entero el perímetro de aquel barrio de poco más de cinco mil habitantes censados muy próximo a la ciudad de Valencia. Aunque aquel rincón estaba a poco menos de un tiro de piedra paseando hasta la ciudad, era un emplazamiento aparte, con su propia historia, en el que sus propios habitantes no se consideraban capitalinos, ni los de la capital los consideraban vecinos de sus calles».
Fuego en la garganta
Beatriz Serrano
Huerta de Benicalap
Todocolección
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