«Su madre no se sentaba en la cafetería de la plaza a tomar cafés con otras madres, sino que jugaba con Blanca o, si Blanca estaba jugando con otras niñas, se sentaba tranquilamente a un lado a fumar o a leer. A menudo, a hacer las dos cosas al mismo tiempo».
Fuego en la garganta
Beatriz Serrano
Terraza de Barrachina
La Valencia desaparecida
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