«A eso de las nueve y media, apelaba al viejo toque de queda, puesto que no había informado a Silvia y al resto de las chicas de que su progenitor y su madrastra le habían ampliado su campo de juegos. Así, a su vuelta a casa tenía la excusa perfecta: "Estuve con las chicas en el parque", lo cual seguía siendo cierto. Incluso si, como era habitual en un barrio pequeño, su padre se encontraba a la madre de Silvia en el supermercado, esta le diría: "El viernes las chicas estuvieron en el parque". Ya había pensado que tendrían que darse demasiados detalles que nunca solían darse para que terminasen hablando sobre la hora exacta a la que cada una de las chicas había regresado».
Fuego en la garganta
Beatriz Serrano
Mercadona
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