viernes, 2 de diciembre de 2016

Que cada cual cumpliese su deber

«El puesto de la Sequiòta daba buen rendimiento. No eran las pescas fabulosas de otra época, pero había noches en que se llegaba muy cerca del centenar de arrobas de anguilas, y Cañamèl gozaba las satisfacciones del buen negocio, regateando el precio con los proveedores de la ciudad, vigilando el peso y presenciando el embarque de las banastas. Por este lado no iba mal la compañía; pero a él le gustaba la igualdad: que cada cual cumpliese su deber, sin abusar de los demás.»

Cañas y barro

Vicente Blasco Ibáñez


La pesca en La Albufera

Todocolección

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