«Cruzaron el puente de Aragón y se dirigieron hacía la Alameda. Las dos muchachas estaban intrigadísimas. A los pocos minutos, el joven buscó un sitio para aparcar. Cuando salieron del coche ya no cabía duda».
Las doce llaves
María Villamayor
La Alameda
No hay comentarios:
Publicar un comentario