«—¡Déjame ver! —dijo Alejandra acercándose a las líneas que le señalaba su hermana—. Yo no estaría tan segura. De hecho, las Torres de Quart, si avanzamos por la calle del mismo nombre y empalmamos con la calle Caballeros, van a desembocar a la Plaza de la Virgen. Mientras que la puerta de San Vicente llega hasta la Plaza de la Reina, y la de los Catalanes quiere llegar también a la Plaza de la Virgen, pero se pierde unas calles antes de llegar.
—Así es —continuó Sara—. Lo cual quiere decir que solo las de Quart llegan casi en línea recta a la Plaza de la Virgen. Y como da la casualidad que dicha plaza está al lado de la Plaza de L’Almoina y cuando se fundó Valencia en el año 138 a. de C. fue la intersección o también llamado punto 0 de las dos principales calles romanas. Cabe pensar, y tendría cierta lógica, que podría ser un buen punto de referencia para esconder algo valioso».
Las doce llaves
María Villamayor
Plaza de la Reina
Todocolección
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