«Cruzaron de nuevo y se encaminaron a los pies de las torres. Un foso seco y restaurado rodeaba parte de ellas, Sara se asomó a él intentando ver algo que le llamase la atención. Solo una estrecha escalera en la parte izquierda, daba acceso abajo. Por lo demás, aparentemente, nada de interés. Pasaron a través de la gigante entrada central que separaba las dos torres poligonales. Una enorme puerta de madera de pino, de dos hojas y más de seis siglos de antigüedad estaba abierta, y sujeta a los muros con gruesas cadenas. Alejandra la inspeccionó. Estaba reforzada con herrajes y clavos de hierro, y los agentes atmosféricos habían provocado la degradación del material leñoso ¡Sería demasiado bonito que la llave estuviera puesta en la cerradura!, pensó ilusionada. Por supuesto, no era así. ¿A saber dónde se encontraba? De nuevo, observaban las torres, esta vez por la parte de detrás: la parte sur que daba a la Plaza de los Fueros».
Las doce llaves
María Villamayor
Torres de Serranos desde la Plaza de los Fueros
?
No hay comentarios:
Publicar un comentario