«Giró la calle a la derecha y la inmensa Avenida de la Plata se extendió ante él. Desde allí podía divisar el cartel luminoso del Bar Oro y Plata que pertenecía a su padrastro y en el que tantas veces había estado. Tan solo unos pocos metros a continuación, estaba la finca en la que creció. Sus piernas se paralizaron negándose a obedecer, mientras su mente rezagada titubeaba sin saber qué hacer. Tenía que tomar una decisión. Una decisión sumamente importante para él. Se armó de valor y tras obligar a sus pies a ponerse en marcha fue avanzando sin prisa pero sin pausa. Cuando llegó a la altura del Bar se detuvo con curiosidad acechando su interior».
Las doce llaves
María Villamayor
Avenida de la Plata esquina General Urrutia
Subida por Elena Clemente a VAHG
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