«Como símbolo de aquel tiempo destruido, en la Malvarrosa se hallaba la residencia del escritor Blasco Ibáñez en estado de ruina, sin puertas ni ventanas, los cristales rotos, las cariátides decapitadas, el jardín a merced de las culebras y alacranes. Después de la guerra había sido incautada por las Flechas Navales de Falange y, abandonada luego a su suerte, fue tomada por vagabundos y drogadictos. De los cuatro leones mesopotámicos que soportaban la mesa de mármol travertino de la terraza donde Blasco Ibáñez escribió Sónica la Cortesana, tres de ellos fueron utilizados como trébedes para guisar paellas en un chiringuito».
Desde el campo de regatas
Manuel Vicent
El País. 28 de julio de 2013
http://www.fundacionblascoibanez.com/
El chalet de Blasco Ibáñez
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