«El despertador sonó a las ocho en punto, casi al mismo tiempo que la despertá de los falleros. Sara intentó hacerse la remolona, pero por poco tiempo. Con el ruido de los petardos era imposible seguir un minuto más en la cama. Se levantó y abrió la ventana. La habitación se inundó del olor a pólvora y, respirando el ambiente fallero, se metió en la ducha».
Las doce llaves
María Villamayor
Despertá. Años 20
Archivo José Huguet
Cortesía de José Navarro Escrich
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