«Y cómo entrenaban a los gallos… Con qué devoción y mimo y cariño y sensibilidad y ternura…
No les falta de nada, a los gallos de su propiedad. Durante los meses de buen tiempo les instalaban en la azotea y el cocoricó mañanero se propagaba por el aire hasta flotar sobre las aguas de la Albufera».
La gallera
Ramón Palomar
Labradora valenciana
Todocolección
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