«Sus confites le indicaban la dirección donde mercadeaban con los alijos habituales de coca, jaco y costo. Tacita a tacita. Papelina a papelina. Gramo a gramo. Él vigilaba. Anotaba las rutinas mentalmente. Destripaba el carácter de los compradores. Taladraba sus personalidades. Ése era valiente; ése, cobarde; ése, prudente; ése, descerebrado; ése, maricón; ese otro, mentiroso compulsivo. Y acertaba siempre. Pleno al quince. Observaba el tránsito. Carrusel de yupis amantes del polvo blanco, escoria humana buscando otro chute, porreros de hueso laxo comprando sus ensoñaciones rastafaris de contrabando moruno».
La gallera
Ramón Palomar
Bloques del Ayuntamiento
"Las Casitas Rosas"
La Malvarrosa
La promoción pública de la vivienda en Valencia (1939 - 1976)
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