«Una de sus gemelas saltaba a su alrededor pidiéndole que le comprara una chuchería en el kiosco. Mientras buscaba la manita de su hija para cruzar la calle comprobó que el semáforo se abría para los peatones. Entonces lo vio. Al otro lado de la calle, apoyado en la puerta abierta de su Ford Focus estaba Paco, el bioquímico. Sonreía mientras le mostraba la bolsa de deportes blanca con el anagrama de Adidas en rojo que se balanceaba en la punta de sus dedos con un vaivén siniestro».
El silencio del pantano
Juanjo Braulio
Quiosco en la Isla Perdida. 1967
50 aniversario falla L'Alguer - L'ILla Perduda
Cortesía de José Navarro Escrich
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