«Le pedía dinero para comida, ropa, zapatos, bolsos, cremas, compacts . Luego se gastaba mucho menos, y así fue arramblando una apreciable cantidad de euros.
—¿Cuánto te han costado estos zapatos, cariño? —le preguntaba él haciéndose el caballero pero con un poso de avaricia en la voz.
—Ciento veinte euros, sweetie —contestaba ella relampagueando sus ojos almendrados, aunque sólo había pagado cuarenta.
—Pues muy bien, porque estos tacones te sientan de cine —admitía él—».
Sesenta kilos
Ramón Palomar
Puesto de calzados en la zona del Mercado Central. 1972
Subida por Pilar Martinez Olmos a VAHG
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