«Ese camino diario que me llevaba a clase con los libros en la axila tenía un sonido, un aroma en cada tramo. En la calle del Salvador había un horno de cuya jamba colgaba una jaula con un loro. El panadero le enseñaba a hablar. Todas las mañanas a las nueve sorprendía a aquel hombre con el bigote empolvado de harina que le repetía al pajarraco: «¡Macho el Levante! ¡Macho el Levante! ¡Cabrón, dilo de una vez! ¡Macho el Levante!». Nunca oí que el loro contestara una palabra, pero el panadero insistía todos los días a la misma hora sin perder la esperanza de convertirlo en forofo de su equipo».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Calle del Salvador con Almudín
Todocolección
Subida por Carlos Iborra a VAHG
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