«La acera del City Bar era un baremo del que las chicas de Valencia se servían para conocer el grado de su atracción sexual. Con la garrota en la mano allí estaba el tribunal que más entendía de terneras, ovejas, vacas y demás ganadería. Algunas chicas pasaban por allí sólo para quitarse la depresión. Se ponían zapatos de tacón alto, se ajustaban la falda y el jersey, tragaban saliva y pasaban por en medio de los corros de aquellos carniceros moviendo el culo. Según la fuerza de los bastonazos o la longitud de los aullidos que daban se establecía una marca. Si una mujer pasaba por ese cerrado sin escuchar una sola animalada podía considerarse muerta para el sexo. Muchas veces las chicas se desafiaban entre sí. Era lo más parecido a un concurso de ganado el que se establecía allí, un tribunal de carne femenina, en la acera del City Bar con un veredicto automático pero nadie recuerda un clamor semejante al que se produjo aquella tarde en que cruzó la vedette Gracia Imperio, camino del teatro Ruzafa donde actuaba en la revista de Colsada con Luis Cuenca y Pedrito Peña».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
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