«Cuando se acercaba el verano aparecían de noche las luciérnagas bajo los arcos del puente de Aragón. A veces la cola de hambrientos llegaba hasta el pretil. Allí se establecían varias hileras de prostitutas apoyadas en las pilastras que cobraban un duro por ofrecerse mientras duraba una cerilla encendida. Eran el símbolo del amor efímero en la oscuridad aquellas luces intermitentes que se apagaban y se encendían y por un instante iluminaban unos muslos blancos y un vástago de carne y luego desaparecían con un gemido. En aquellas noches perfumadas había una cola parecida ante la taquilla del prostíbulo El Rápido en la calle Viana del barrio de putas».
Tranvía a la Malvarrosa
Manuel Vicent
Puente de Aragón
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