«—Recuerdo una casa grande con esculturas en la terraza o algo así, y a un señor al que le llevaban una paella desde un restaurante. La gente aplaudía. Algunos decían que aquel señor era un novelista muy famoso en el mundo.
—¡¡Ese era yo!! —exclamó Blasco muy eufórico.
—Sí, sí, mi familia estaba tendida en la arena y todavía siento el sol en la cara, el olor a alga, el sonido del oleaje y alguien que gritaba su nombre y apellidos de usted».
Retrato de una mujer moderna
Manuel Vicent
Chalet de Blasco Ibáñez. 1902
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