«—¿Qué hacemos? —preguntó Lluís—.
Nos quedan dos lugares y espero que tengamos más suerte que hasta ahora.
—Yo también —añadió Alejandra.
Visitaron la Ermita de San Vicente y la Basílica Sepulcral de san Vicente o parroquia de Cristo Rey, pero estaba claro que ese no era su día.
Hoy no daban pie con bola».
Las doce llaves
María Villamayor
Monasterio de San Vicente de la Roqueta
Basílica Sepulcral de San Vicente Mártir
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