viernes, 31 de mayo de 2024

Era un huerto alegre cuajado de flores

«Y del amor y desamor, entre la pérdida y el reencuentro establecido con su amante, extrajo el maestro Penella toda la inspiración de la canción «La Maredeueta», cuya letra, de José Santonja, narraba el juego de un escultor y su modelo, una confusión de la imagen con la realidad que termina con una súplica desgarrada a la Virgen de los Desamparados que rompe la ficción: 

       Era un huerto alegre cuajado de flores,

        en la vega hermosa que el Turia acaricia.

        Era un nido eterno, de los ruiseñores,

        jardín encantado de toda delicia.


        Allí en la barraca nació Viçenteta,

        que a las mismas flores envidia les daba,

        y allí cierta noche dio cita indiscreta

        a un humilde artista que fiel la adoraba».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Huertana escogiendo las flores para la fiesta

Todocolección

miércoles, 29 de mayo de 2024

Aquel hombre de grandes bigotes llamado el Pardalero pasaba en ese instante

«En la casa de al lado aún permanecía el mismo umbral donde ella se sentó a cantarle una nana a su hermanito muerto, y enfrente seguían plantados maizales, berenjenas, patatas, cebollas, pimientos, tomates en tablas de tierra fértil tiradas a escuadra. Pocas cosas habían cambiado. Aquel hombre de grandes bigotes llamado el  Pardalero pasaba en ese instante algo envejecido y no tan jovial con la misma bicicleta vendiendo pajaritos de madera de varios colores. La estrella detuvo el coche, lo llamó desde la ventanilla. «¿Cuánto vale el jilguero?». «Para usted, una aguileta, señorita»; una aguileta eran cinco céntimos. Conchita Piquer compró el pajarito y lo dejó colgado con una cinta del espejo retrovisor. Otro sueño cumplido. Cuántas veces había llorado de niña al oír la canción de aquel buhonero, xiquets, ploreu, que pardalets tindreu, y por mucho que llorara, su madre nunca quiso comprarle ese pajarito que tanto deseaba. Ahora el jilguero de madera pintado de rojo, blanco y azul se balanceaba sobre el salpicadero del Hispano-Suiza. Era una conquista del pasado que la llenó de felicidad».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Miguel Arnau "Miquelet". El pardaler

Martín Vidal Romero

Los niños son Asunción, Vicente, Martín y Luis Vidal Corella, hijos del autor de la foto

Cortesía de José Navarro Escrich

lunes, 27 de mayo de 2024

Se dio una vuelta por la calle Ruaya, 23, del barrio de Sagunto

«Cumplida la promesa de pagar una deuda y después de llorar sobre la tumba de su hijo, Conchita Piquer arrancó el Hispano-Suiza en la puerta del cementerio, pero antes de dirigirse hacia el centro de Valencia para rezar a la Virgen de los Desamparados se dio una vuelta por la calle Ruaya, 23, del barrio de Sagunto, para ver la casa de dos plantas en la que había nacido. Continuaba pintada del mismo color almagra, la ventana por donde ella se asomaba estaba cerrada y la planta de calle seguía siendo una carbonería».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Las Provincias. 7 de agosto de 1994

Subida por Carlos Iborra a VAHG

sábado, 25 de mayo de 2024

En el cementerio de Benicalap estaba enterrado su hijo

«Conchita salió feliz de la panadería, aunque este primer viaje a Valencia le había traído también una profunda amargura. En el cementerio de Benicalap estaba enterrado su hijo, muerto antes de cumplir un año, fruto de un amor prohibido. No tenía tumba con su nombre. Allí en la tierra, entre varios geranios, la madre le indicó con el dedo el lugar donde aproximadamente el sepulturero había cavado un hoyo y le había hecho el favor de plantar como señal una pequeña cruz con dos raíces de ciprés, que había desaparecido con el viento o la lluvia. Las lágrimas le resbalaron a Conchita Piquer por debajo de las gafas de sol hasta humedecerle los labios. La culpa le seguía martilleando la conciencia. Se arrodilló y con el dedo en el polvo trazó una cruz y dijo: «Pascualet, hijo mío, te quiero, perdóname, nunca te olvidaré». A continuación, esa cruz la borró la brisa que venía del mar. No habían servido de nada los ensalmos que tuvo que hacer a instancias de aquel babalawo de La Habana».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Iglesia de san Roque. 1965

Archivo de Bernardo Bernardo Cano 



jueves, 23 de mayo de 2024

Y aún le sobraría para comprarse unas cuantas hanegadas en la huerta

«—Yo también recuerdo, señora Rosa, que si no llevaba dinero usted siempre nos fiaba la barra de pan, una y otra vez, y siempre me decía que no me preocupara, que ya le pagaría otro día o cuando fuera, cuando tuviera dinero, que le bastaba con que le cantara una canción para usted sola. No le voy a cantar ninguna canción que puede oír en una gramola o si viene algún día al teatro, pero quiero que acepte un regalo que le voy a hacer por habernos sacado del hambre cuando éramos muy pobres. Es una deuda que no he olvidado.

Conchita Piquer abrió el bolso de cocodrilo y sacó un sobre lleno de billetes.

—Tome este dinero, cinco mil pesetas, y gástelo en lo que le dé la gana. 

—Pero, hija, ¿qué voy a hacer yo con esta fortuna? —exclamó la panadera. 

Era una cantidad exorbitante en aquel momento, si se tiene en cuenta que el salario medio era de trescientas pesetas al año. Con ese dinero podía renovar el horno y aún le sobraría para comprarse unas cuantas hanegadas en la huerta. La panadera no salía de su asombro. Le dio un abrazo y empezó a llorar».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Huerta de Valencia

Barberá Masip

Bivaldi

martes, 21 de mayo de 2024

Con el delantal blanco despachando hogazas, bollos y rosquilletas saladas

«Detuvo el Hispano-Suiza ante el horno-panadería de la señora Rosa, dio con mucho estilo el consiguiente portazo para cerrar el coche, entró taconeando en la tienda y se encontró con que, después de cinco años, la señora Rosa aún estaba a pie de obra con el delantal blanco despachando hogazas, bollos y rosquilletas saladas como siempre, con la misma sonrisa complaciente».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Horno en el Grao

Foto Lázaro

Todocolección

domingo, 19 de mayo de 2024

Enfiló el morro del cochazo en dirección a Benicalap, el pueblo de la huerta

«Conducía ella misma un Hispano-Suiza, llevaba un vestido rojo, zapatos de tacón, collares de tres vueltas, unas gafas de sol que le enmascaraban el rostro y la melena al viento como las artistas de Hollywood, y de esta manera enfiló el morro del cochazo en dirección a Benicalap, el pueblo de la huerta, que a media mañana estaba lleno de un silencio solo interrumpido por los pájaros en los tejados y en las ramas de las moreras, por las horas en el reloj del campanario, por el grito de un vendedor ambulante y el rebuzno de algún pollino».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Mujer posando al lado de un Hispano - Suiza


Todocolección

viernes, 17 de mayo de 2024

Acudiría a la basílica de la Virgen de los Desamparados para darle las gracias a la patrona

«Tras un largo viaje en tren, los amantes llegaron a Madrid y se instalaron a lo grande en el hotel Palace, en cuya puerta comenzaron los empleados a descargar maletas y baúles de varios taxis que venían detrás en caravana. La bienvenida oficial a España se la dio Blasco Ibáñez con un telegrama desde Menton. La Juventud, el Arte, la Belleza y el Amor son los cuatro jinetes preapocalípticos que conducirán tu carro hacia la gloriosa apoteosis del triunfo. Y así lo desea tu amigo y paisano. Vicente Blasco Ibáñez. No podía pedir más, solo que antes de nada quería regresar a Valencia para cumplir una promesa. Allí su madre le firmaría un poder para que pudiera disponer de su dinero, acudiría a la basílica de la Virgen de los Desamparados para darle las gracias a la patrona por todos los dones que le había concedido, visitaría la tumba de su hijo y pagaría una deuda pendiente que no había olvidado».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Plaza de la Virgen. 1920

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miércoles, 15 de mayo de 2024

Y pasearían en barca por la Albufera

«...Irían a los toros a ver a los diestros Gallito y Belmonte y a la batalla de flores y echarían pétalos de rosa en la procesión del Corpus y pasearían en barca por la Albufera. Todo eso le decía Manuel Penella a su amante mientras el barco se alejaba rumbo a España con el niño a bordo hasta perderse en el horizonte. La estela que dejó atrás la recordaría mucho tiempo después Conchita Piquer balanceándose en una mecedora».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Paseo en barca

El Palmar

La Albufera

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lunes, 13 de mayo de 2024

Y habría boda en los Santos Juanes en pleno mercado

«Y habría boda en los Santos Juanes en pleno mercado y sería padrino el propio Blasco Ibáñez si volvía del exilio y habría tracas y carcasas y banquetes en la Malvarrosa y se pasearían por Valencia en una galera de cuatro ruedas tirada por un caballo blanco y ella se presentaría en el teatro Principal en un gran espectáculo que el maestro realizaría para su lucimiento y todos los críticos la aclamarían como reina de la copla y muchas cosas más...».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Iglesia de los Santos Juanes. 1916


sábado, 11 de mayo de 2024

Al matí cap al llevant. Vídeo

«Al matí cap al llevant,
quan neix el dia, 
les campanes van dient: Ave Maria.

Alabat sia sempre el nom teu:
Santa Maria, Mare de Déu.

Sol ben alt i esplendorós
quan és migdia,
les campanes van dient: Ave Maria.

Alabat sia sempre el nom teu:
Santa Maria, Mare de Déu.

A la tarda en el ponent,
quan mor el dia,
les campanes van dient: Ave Maria.

Alabat sia sempre el nom teu:
Santa Maria, Mare de Déu».

L'Ave Maria

Misa "puericia"

Luis Romeu

https://www.academia.edu/38680142/Les_campanes_van_dient_Ave_Maria_L_Ave_Maria_de_Romeu


jueves, 9 de mayo de 2024

D’ací que es conega amb el nom de la Geperudeta

«—Si em permet, voldríem obsequiar-lo amb una imatge de la Mare de Déu de Czestochowa, coneguda com la Verge Negra. Crec recordar que vostès també tenen una marededéu negra, ¿és així? 

—La Moreneta, sí, però en realitat està una mica més amunt. La nostra té gepa —confessà Salcedo amb un cert rubor—. D’ací que es conega amb el nom de la Geperudeta. 

—Que curiós! —se sorprengué Gierek».

L’any de l’embotit

Ferran Torrent



Procesión de la Virgen de los Desamparados
 
La Virgen de los Desamparados, ya coronada, inicia su recorrido triunfal hacia la Catedral. 1923
 

martes, 7 de mayo de 2024

Y ofrecerían al niño a la Virgen de los Desamparados

«Fueron todos —el empresario, el agente, el maestro Penella y la propia Conchita— al muelle del Hudson a despedir a la señora Ramona, que se llevaba a Valencia al niño Pascualet, de pocos meses, en brazos. Habría sido muy difícil superar el dolor y las lágrimas de Conchita Piquer cuando vio que su madre lo mostraba desde cubierta envuelto en pañales. Sonó dos veces la sirena del barco en señal de que iba a zarpar, y allí en el muelle Conchita Piquer estuvo a punto de desmayarse, pero para consolarla su protector, maestro y padre de su hijo le dijo que pronto irían todos a Valencia y ofrecerían al niño a la Virgen de los Desamparados».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Presentación de un bebé a la Virgen de los Desamparados

Foto Olalla

Todocolección

domingo, 5 de mayo de 2024

Porque te dolí más que una muela cuando me pariste

«Madre: no quieras que me lleven de las costas, abre las ventanas en la noche, de la luna. Mira: ¡vienen por allí los claros del río!… 

Diles que me dejen aquí, al pie de este hilo, encima de estas sombras de higueras, de sol, tranquilas, concurridas de canónigos a lo viudo, panzudos de arrope, con los cuales se confiesan abejas, rumorosas, largamente. Madre, madre: te amo. Porque te dolí más que una muela cuando me pariste. Porque las veces que tenía ganas de oler, me ponías en cuclillas con un gesto tuyo, sólo sabido por tu ojo de aquel lado. Porque cuando venía el doctor a verme enfermo tomabas, dolorosa, a tu blancura izquierda el pulso…Pero que me dejen…¡Es tan bello el vino con luna, bebido a medianoche de pechos sobre la sierra con rescoldos del mediodía! ¡Además! si me llevan no sabré que los ciegos no necesitan espejos porque, aunque no están con su imagen, valdría más hacerlos añicos a todos. 

Madre: que se callen, que se hagan evasivos todos por esos caminos de harina lacteada. Que no ahoguen más navajas en mis ríos. Que me dejen, solo en las que cuelgo islas canarias de hierro en lluvia y cristal, aprender el arte de pescar estrellas; aunque nadie sepa que soy lunicultor. Madre: vuelvo grupas a la tierra oscura, de luces sin ventilación. Voy a coger el agua cerrada, no de llave, redonda de las cisternas. 

Llegaré a sus márgenes defendiéndome como pueda de la luz en filo. Por eso iré antes que cigarras raspen con lijas las horas… Madre, madre…¿me entiendes?».

Yo la madre mía

El clamor de la verdad

Orihuela. 2 de octubre de 1932

Miguel Hernández



El primer hijo. 1890

Joaquín Sorolla y Bastida

Óleo. 48 x 65

Colección privada

viernes, 3 de mayo de 2024

El niño estaría mejor en Valencia, donde le daría en la cara el aire de la huerta

«En ese momento Conchita Piquer ya ganaba quinientos dólares a la semana, una verdadera fortuna, de modo que había que saber si ese niño pondría fin a esa mina de oro. ¿Acaso criarlo ella misma a sus pechos no iba a arruinar su carrera? La segunda parte del folletín no había hecho más que empezar. Intervinieron todos en la decisión, salvo Conchita, que no hacía más que llorar y seguir tirando de la carreta adelante sin poder aportar en esta batalla su instinto maternal. Otra vez la señora Ramona tuvo que llevar el peso más duro de este melodrama: el niño estaría mejor en Valencia, donde le daría en la cara el aire de la huerta».

Retrato de una mujer moderna

Manuel Vicent



Huerta de Valencia

Todocolección

miércoles, 1 de mayo de 2024

La España que hoy no se ara, se arará toda entera

«No sé qué sepultada artillería
dispara desde abajo los claveles,
ni qué caballería
cruza tronando y hace que huelan los laureles.

Sementales corceles,
toros emocionados,
como una fundición de bronce y hierro,
surgen tras una crin de todos lados,
tras un rendido y pálido cencerro.

Mayo los animales pone airados:
la guerra más se aíra,
y detrás de las armas los arados
braman, hierven las flores, el sol gira.

Hasta el cadáver secular delira.

Los trabajos de mayo:
escala su cenit la agricultura.

Aparece la hoz igual que un rayo
inacabable en una mano oscura.

A pesar de la guerra delirante,
no amordazan los picos sus canciones,
y el rosal da su olor emocionante
porque el rosal no teme a los cañones.

Mayo es hoy más colérico y potente:
lo alimenta la sangre derramada,
la juventud que convirtió en torrente
su ejecución de lumbre entrelazada.

Deseo a España un mayo ejecutivo,
vestido con la eterna plenitud de la era.
El primer árbol es su abierto olivo
y no va a ser su sangre la postrera.

La España que hoy no se ara, se arará toda entera».

Primero de mayo de 1937

Miguel Hernández



Huerta de Valencia

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