«Fueron todos —el empresario, el agente, el maestro Penella y la propia Conchita— al muelle del Hudson a despedir a la señora Ramona, que se llevaba a Valencia al niño Pascualet, de pocos meses, en brazos. Habría sido muy difícil superar el dolor y las lágrimas de Conchita Piquer cuando vio que su madre lo mostraba desde cubierta envuelto en pañales. Sonó dos veces la sirena del barco en señal de que iba a zarpar, y allí en el muelle Conchita Piquer estuvo a punto de desmayarse, pero para consolarla su protector, maestro y padre de su hijo le dijo que pronto irían todos a Valencia y ofrecerían al niño a la Virgen de los Desamparados».
Retrato de una mujer moderna
Manuel Vicent
Presentación de un bebé a la Virgen de los Desamparados
Foto Olalla
Todocolección
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