«Tras un largo viaje en tren, los amantes llegaron a Madrid y se instalaron a lo grande en el hotel Palace, en cuya puerta comenzaron los empleados a descargar maletas y baúles de varios taxis que venían detrás en caravana. La bienvenida oficial a España se la dio Blasco Ibáñez con un telegrama desde Menton. La Juventud, el Arte, la Belleza y el Amor son los cuatro jinetes preapocalípticos que conducirán tu carro hacia la gloriosa apoteosis del triunfo. Y así lo desea tu amigo y paisano. Vicente Blasco Ibáñez. No podía pedir más, solo que antes de nada quería regresar a Valencia para cumplir una promesa. Allí su madre le firmaría un poder para que pudiera disponer de su dinero, acudiría a la basílica de la Virgen de los Desamparados para darle las gracias a la patrona por todos los dones que le había concedido, visitaría la tumba de su hijo y pagaría una deuda pendiente que no había olvidado».
Retrato de una mujer moderna
Manuel Vicent
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