«De todas las maledicencias que había oído decir de mí, la que más me hería era la que me hacía culpable de la suerte que había corrido Miguel de Molina, pero tal vez aún me molestaba más lo que el propio cantaor me dijo un día como una gracia cuando todavía éramos amigos del alma y él, según decía, me adoraba. «Conchita, cantas como los ángeles, pero te mueves mal en el escenario porque se nota que has comido demasiadas paellas en Valencia». Qué gracioso».
Retrato de una mujer moderna
Manuel Vicent
Día de paella
Todocolección
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