«Los domingos por la mañana traía churros y, al mediodía, yo les apartaba una patatita del cocido y se la tomaban como aperitivo, con el vino, ante la puerta trasera de la casa, donde en invierno daba el sol. Oían la radio y, después de comer, se iban al fútbol».
La buena letra
Rafael Chirbes
Campo de Algirós
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