«—Así no se hace nadie rico —le protesta al carbonero—: me dan una perra gorda por subir un saco de treinta kilos a un quinto sin ascensor.
—Y qué quieres, Piojo. Si no te interesa, date puerta, que lo que sobra es gente buscando trabajo.
—Bueno, si yo no digo nada.
—Yo te daría algo —confiesa el carbonero—, pero es que para el poco tiempo que le queda a esto del petróleo…
—¿Y eso —inquiere el Piojo—, es que traspasas el negocio?
—No lo traspaso: me lo traspasan —el carbonero se detiene en seco, carraspea, insaliva y lanza con notable tino un gargajo que va a impactar en el ojo de un perro callejero. El animal menea el rabo, agradecido».
De la alpargata al Seiscientos
Juan Eslava Galán
El carbonero. 1870
Jean Laurent
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