lunes, 11 de diciembre de 2023

Aquella plaza en su casa seguía llamándose plaza Castelar, por mucho que Franco se empeñara en lo contrario

«Así que dije: «Qué bien huelen», refiriéndome a las violetas, que no me habían olido nada más que a Floid. Mi tío y su mujer ya habían estado peleándose, cuando ella dijo que había comprado las flores en la plaza del Caudillo, porque, según él, aquella plaza en su casa seguía llamándose plaza Castelar, por mucho que Franco se empeñara en lo contrario, y así se llamaría toda la vida mientras él tuviera autoridad dentro de su casa. Ella se puso de morros, y gimió: "No empecemos, tengamos la fiesta en paz". Bueno, pues mi tío, después de discutir con su mujer, se desprendió del ojal el imperdible con el ramito, y lo tendió, con un gesto como de cantante de ópera, y yo alargué la mano pensando que me lo daba a mí, pero él se echó a reír, y dijo: "Las flores son para tu madre, hombre"».

El año que nevó en Valencia

Rafael Chirbes



Mercado de flores


Plaza del Caudillo, actual plaza del Ayuntamiento

Todocolección

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