«Me senté en un banco del parterre junto a la estatua de Jaime el Conquistador turbado todavía por el impulso que había tenido de perseguir a esa niña con toda mi furia. ¿Qué le habría dicho si la hubiera alcanzado? ¿Por qué ella si me había visto se había alejado sin volver el rostro? Seguramente Marisa iría a la Malvarrosa a bañarse.»
Manuel Vicent
Todocolección
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