parece mentira que te hayan clavado.
Que seas el pequeño al que he acunado,
y que se dormía tan pronto en mis brazos,
el que se reía al mirar el cielo
y cuando rezaba se ponía serio.
Sobre este madero veo aquel pequeño
que entre los doctores hablaba en el templo,
que cuando pregunté, respondió con calma
que de los asuntos de Dios, se encargaba.
Ese mismo niño, el que está en la cruz,
el Rey de los hombres, se llama Jesús.
Ese mismo hombre, ya no era un niño
cuando en esa boda, le pedí más vino.
que dio de comer a un millar de gente
y a pobres y enfermos, los miró de frente.
Río con aquellos a quienes más quiso,
y lloró en silencio, al morir su amigo.
Apenas si puedo quedarme parada,
ver el sufrimiento que hay en tu mirada;
pero sin embargo lo aceptas callado
porque por amor te has entregado.
Cargas con tu cruz todos los pecados,
no hay mayor amor que el que has demostrado.
Ya cae la tarde, se nublan los cielos,
pronto volverás a tu Padre Eterno.
Duérmete pequeño, duérmete mi niño,
que yo te he entregado todo mi cariño.
Como en Nazareth, aquella mañana,
¡He aquí tu sierva, he aquí tu esclava!»
El diario de María
Martín Valverde
El Encuentro. Avenida del Puerto con Abastos
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=370996&page=975
No hay comentarios:
Publicar un comentario