«La primera de las paradas ha sido en Casa Juan. La calle Ramiro de Maeztu, en el corazón del barrio de Ayora, es un buen ejemplo de como todo se ha ido al garete. Antaño aquello era un barrio obrero, sin duda, pero lleno de vida. Ahora, las antiguas fincas de principios de los sesenta acusan los años, el abandono y la triste degradación que les condena a ser mausoleos adelantados de ancianos solitarios o pisos patera».
El silencio del pantano
Juanjo Braulio
Calle Ramiro de Maeztu
En construcción la finca conocida como “Casas para todos”
Al fondo a la izquierda Palacete del Jardín de Ayora
Subida por Isabel Huedo Saiz a VAHG
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