«Las Fallas de 1976 fueron las primeras que se perdió. Ingresó en la cárcel Modelo de Valencia el 15 de marzo. Había estado dos meses en el Hospital General sin consentir que su madre y su hermana fueran a verle. Ni una sola vez. Aún llevaba media cara vendada cuando entró por primera vez en la celda después de los trámites de ingreso en prisión. Le esperaba una condena de siete años por homicidio involuntario. En el habitáculo había dos literas con sendos hombres tumbados en los lechos superiores. Al principio no le hicieron ni caso mientras él hacía la cama bajo la atenta mirada del funcionario del centro penitenciario. Una vez se marchó el guardia, como si fuera una señal tan habitual y conocida como la de apagar las luces o la sirena que indicaba la hora de la comida, ambos reclusos se levantaron y, sin mediar palabra, comenzaron a pelear. Los puños volaban entre ellos, pero no salían insultos de sus bocas, ni gritos de sus gargantas ni odio de sus miradas. Se atizaban como si jugaran al ajedrez mientras el joven Chema observaba perplejo la escena. Tras escasos minutos de lucha, uno de ellos levantó las manos en señal de rendición y la trifulca acabó tan extraña y súbitamente como había empezado. Ambos contendientes se palmearon la espalda como si en vez de haber participado en una gresca carcelaria hubieran jugado una partida de tenis. Entonces, Chema se atrevió a preguntarles:
—¿Por qué os peleabais?
—Para ver quién te folla el primero».
El silencio del pantano
Juanjo Braulio
Ninot indultat Falles 1976
Despertar a l'erotisme
Arturo Musoles Chordá
Peu de la Creu - En Joan de Vila-rasa
Todocolección
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