miércoles, 19 de octubre de 2022

Mientras subía por la escalera de mármol hacia la rotonda

«—No puede ser —le decía riendo—. En agosto yo iba en el seiscientos a bañarme a las villas de Benicasim con mi hermano José María. Él es testigo de que yo existía por mí mismo.

—No, no —exclamaba la China mirándome con mucha ternura—. Tú has muerto, pero yo sabía que un día volverías a estar conmigo. Manuel, vámonos a la pensión. ¿No quieres?

—¿A la pensión?

—Vivo al lado del teatro Ruzafa, aquí mismo, encima del bar la  Nueva Torera. Te enseñaré todo lo que tienes que saber de las mujeres.

Al principio parecía un juego. Yo iba muchas tardes a la cafetería Barrachina y me enredaba frente a un yogur batido con aquella chica que hablaba del más allá sin dejar de mirarme con una dulzura muy profunda. La veía sentada a un velador esperando y mientras subía por la escalera de mármol hacia la rotonda a veces ya no sabía si yo era el hijo del fabricante de zapatos muerto en accidente que acudía a una cita con su novia o era un simple mortal que no había muerto todavía y que sólo buscaba seguir hasta el final un juego excitante».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Interior de Barrachina

https://www.lasprovincias.es/valencia-ciudad/cafes-valencia-ideal-room-franquicia-20210327190150-ga.html


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