sábado, 1 de octubre de 2022

—No me hagas daño. —Tranquila. Soy un buen profesional —contestó el otro

«—¡Soy muy joven para morir! ¡Quiero cuidar leprosos! ¡Haré lo que ustedes quieran pero no me maten! —gritaba Pilar.

Olían las rosas de la tapia y por el mar estaba amaneciendo, todos los pájaros cantaban de una manera furiosa y el fraile le hablaba a la encausada de las delicias del cielo, de la belleza de encontrarse con el Ser Supremo y del eterno descanso. En un rincón del patio estaba ella sentada ya en un taburete con la espalda en el palo y le dijo al verdugo:

—No me hagas daño.

—Tranquila. Soy un buen profesional —contestó el otro».

Tranvía a la Malvarrosa

Manuel Vicent



Fotograma de "El caso de las envenenadas de Valencia"



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