«Pasaban por el barrio, de vez en cuando, los organilleros, tocando y cantando las canciones de moda en ese momento. Pasando después a vender sus letras impresas en cuartillas de basto papel. "María de la O", "Rocío", "Mi jaca", "Échale guindas al pavo", "El día que nací yo", "Los campanilleros", etc.
Aparecían también los Romanceros que montaban su caballete y nos metían sus rollos de "Sang i Fetge"... El crimen de la madrastra que degolló a su hijastra y metió su cabeza en el orinal... ¡Ah ! y el último grito, "El crimen de Cuenca", que la gente, por unos céntimos le quitaban de las manos la historia impresa».
Vivencias de juventud
Francisco Marcos Hernández
Organillero en la Playa de Levante
La Semana Gráfica. 24 de agosto de 1929
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