«Me gustaba ir a comprar el diario al kiosco, "El Mercantil", llevaba los domingos un suplemento infantil: "Colilla y su pato banderilla". Y compraba "El aventurero" con Flash Gordon, Dale Arden y el Dr. Zuckov.
Los domingos eran días mágicos para mí. La lectura, el cine, el intercambio de tebeos con los chicos de la calle... Y por la mañana temprano, como no, el churrero, con su gran cesta de mimbre, su chaquetilla blanca y cantando la mercancía :
¡ Churritos calientes
para las abuelitas
que no tienen dientes.
Churreroooo !».
Vivencias de juventud
Francisco Marcos Hernández
Churrería en Valencia
Todocolección
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